El rol fundamental de la nueva Asamblea Legislativa Plurinacional
Ni aquí, ni en ninguna parte, un solo partido debería tener tanto poder en el Legislativo como lo tuvo el MAS durante mucho tiempo. Es lamentable, pero su mayoría de 2/3 los llevó a un punto de arrogancia total. Voces disidentes dentro y fuera del partido no tenían ningún chance.
En ese sentido, celebro que la nueva Asamblea será más equilibrada. Entran nuevas voces, de variadas profesiones, culturas y causas. Aplaudo igualmente que, por primera vez en la historia, el Senado tendrá una mayoría de mujeres. Eso no significa que será mejor o peor. Pero demuestra cierto avance en la paridad de representación en las listas de candidatos. Y ojalá ayude también a combatir la prevalente violencia contra las mujeres en la política y en la vida en general.
Y aunque un partido sigue teniendo una mayoría bastante fuerte, ya no podrá hacer todo solo. Deberá consensuar con los otros dos partidos y estos deberán recordárselo. No en forma de chantaje, sino porque el debate es parte primordial de la democracia. Quizás el MAS esté tentado a no dialogar, como en los viejos tiempos. Pero eso sería un error. El país le está dando una nueva oportunidad, cierto. Pero no es un cheque en blanco.
Existe ya muy buen análisis sobre las razones por las que ganó el MAS de manera tan contundente, así que no entraré más en ese tema. Sin embargo, cabe recalcar que al menos cierto porcentaje no votó por el partido azul por su buen rendimiento. Lo hizo por la decepción con el Gobierno de transición o porque los otros candidatos no supieron convencerlos. Incluso, algunos votaron por el MAS por miedo. Temían que haya de nuevo convulsión social.
Ese grupo, más los que votaron por Comunidad Ciudadana (CC) y Creemos, estarán mirando muy atentamente el trabajo del nuevo Gobierno. Pero harían bien en observar también lo que hace la nueva Asamblea Legislativa en su totalidad y lo que hace cada senador/a y diputado/a electo/a en particular.
Los electores están en todo su derecho de monitorear la labor de sus representantes elegidos. A la vez, éstos deben comunicar a tiempo a su electorado qué está pasando dentro del Parlamento. Necesita haber más transparencia en cuanto a decisiones de voto. Conviene que haya información constante y clara sobre los nuevos proyectos de ley. No puede repetirse lo que pasó con el Código del Sistema Penal. Por no ser ni debatido, ni consensuado debidamente con la sociedad y luego en la Asamblea, hubo fuertes movilizaciones y terminó siendo abrogado en su totalidad.
Las elecciones mostraron que el país está divido en dos en cuanto al MAS y en tres en cuanto a visión de país. No necesitamos pensar todos igual. De hecho, eso sería fatal. Pero sí necesitamos poder convivir sin odios.
Los próximos años serán elementales para la reconciliación. Ésta será más fácil si el Poder Legislativo y el Ejecutivo dan un buen ejemplo. Deben trabajar de manera conjunta, por el bien del país entero.
Cuando Evo Morales ganó las elecciones con un inédito 53% del voto popular, se habló de una oportunidad histórica. Catorce años después, las opiniones al respecto de si se desperdició tal coyuntura o no, están tan divididas como el país mismo.
El 55% ganado ahora, más la nueva diversidad de voces en el Parlamento Asamblea, ¿son entonces aún “más históricos”? Es posible. Sea como sea, el papel esencial de esta nueva Asamblea no debe ser desaprovechada.
Para la oposición es la oportunidad de demostrar que tienen buenas propuestas y que no están ahí solo para obstaculizar. Si juegan bien sus cartas, podría perfilarse –al fin– una verdadera opción para los votantes en 2025.
Para el MAS, es la ocasión de confirmar que como partido pueden renovarse. Y ya es hora de estrechar la mano a la otra mitad del país. Sin resentimientos.
Así como la ciudadanía supo ir a las urnas de manera pacífica y con vocación democrática, así debe actuar también esta nueva Asamblea.
La autora es politóloga, fue alta asesora política del Vicepresidente del Parlamente Europeo para Derechos Humanos y Democracia. Twitter: gkdavalos
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