Filas en pandemia: responsabilidad de autoridades
La categoría "autoridades", cuando se interpela de manera genérica para que se adopte una medida, se invisibiliza pues nadie asume ese papel como suyo al ser cuestionado de manera genérica. De ahí la razón de que no tengan éxito las campañas que aluden a las autoridades para que sean quienes resuelvan este tema perverso de las filas de trámites durante la pandemia.
Pareciera que se hace necesario poner el nombre y apellido de quienes las dirigen y la nominación específica de la institución para superar este suplicio de vernos envueltos en filas en medio de la pandemia, y obligados a ingresar a esas fábricas de contagios.
La verdad es que no tendríamos que estar señalando dónde hay filas, siendo tan obvias porque no pueden esconderse. De la misma manera, tampoco tendríamos que estar cuestionando por qué hay filas en las reparticiones públicas. La responsabilidad funcionaria debería ser tal y estar acompañada de proactividad para dar las respuestas necesarias en el momento oportuno. Estamos en emergencia mundial por la Covid-19 y el primer objetivo de las políticas públicas es preservar la vida de las personas. Si esto es cierto, debemos realizar todas las acciones preventivas para evitar los contagios.
Las campañas de salud repiten la sugerencia de no salir de la casa, o hacerlo lo menos posible; se aprueba el teletrabajo, la teleeducación, las entregas a domicilio, métodos y procedimientos para cumplir con esta decisión mundial. ¿Cómo es entonces, que aparece este contrasentido público que arroja a la gente a las calles y en condiciones francamente deplorables? Una oficina pública que tenga personas en filas esperando ser atendidas es la demostración patética de una irracionalidad y una incapacidad de gestión.
Abogamos por la existencia de trámites en red que puedan ser atendidos desde una computadora o un celular. La modalidad del servicio corresponde a una función del poder público pues los procedimientos son atribución y competencia de los órganos que administran las funciones del Estado. A los ciudadanos nos toca cumplirlas bajo la carga de no ser atendidos por la falta de una fotocopia o un folder amarillo que suspende o anula el resultado buscado. En este momento es cuando reaparece nuestra condición de ciudadanos para demandar el trato digno que nos merecemos.
Conscientemente, estamos cumpliendo la primera obligación de la responsabilidad ciudadana que corresponde a tomar consciencia de la infamia que significa hacer una fila en este tiempo. Cuando te obligan a hacer una fila en pandemia, están poniendo en riesgo tu derecho a la salud y a la vida. Así de simple.
La realidad objetiva nos obliga a partir del dato constatable. Existen filas en todos lados, lo que deja en evidencia que falta in/formación ciudadana y no existe responsabilidad de los órganos públicos para evitarlas. Las autoridades del Segip, por ejemplo, como descargo dicen que el 80% del trabajo que tienen es por la reposición de cédulas perdidas, lo que podrían vincularse a la falta de responsabilidad ciudadana. Ya tenemos el problema. ¿Cuál es la solución? Y en esto sí tenemos que ser claros, pues podremos sugerir qué hacer, pero la responsabilidad del procedimiento es del actor público. Y frente a estas variables complejas, que debemos considerar colectivamente, estamos en el derecho de exigir respuestas que resuelvan la situación.
Este es el momento del salto cuántico de consciencia, no lo desperdiciemos, está la vida de por medio. Quienes no reconozcan el volumen de los cambios, tendrán mayores dificultades para enfrentar el año 2021, y el 2022 y lo que se viene.
Y volvemos al principio, por nuestro compromiso con la vida, ¡no queremos que haya filas en las reparticiones públicas! La responsabilidad del riesgo de contagio que significan las filas, está en quienes, ocupando funciones directivas en las instituciones, obligan a personas dignas a convertirse en ovejas, esperando el resultado de un trámite mientras ruegan a Dios no enfermarse.
El autor es director de Innovación del Cepad
Columnas de CARLOS HUGO MOLINA