Perjudicial pugna en el MAS
Las acciones, u omisiones, de los políticos del Movimiento Al Socialismo (MAS) comienzan a tener consecuencias internacionales nada positivas para el país, lo que parece estar fuera de sus cálculos o simplemente no importarles.
En efecto, la autoproclamación de Evo Morales como candidato presidencial en unas elecciones que tendrán lugar en dos años provocó que los bonos bolivianos en dólares registren su mayor caída en casi seis meses, según reportó la publicación financiera Bloomberg, al día siguiente del anuncio de las pretensiones electoralistas del expresidente.
“Los bonos bolivianos han provocado pérdidas a los inversores de más del 17 por ciento este año, el peor rendimiento de la deuda soberana en el mundo en desarrollo, según un índice de Bloomberg”, anuncia el portal web de esa compañía estadounidense de asesoría financiera, en un artículo fechado el lunes 26 de este mes.
Un día después, el martes último, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) expresó su “preocupación ante los desafíos que se presentan en el proceso” que debía conducir a la realización de las elecciones judiciales el primer domingo de diciembre, pero está entrampado a pesar de haber sido iniciado en marzo pasado.
Esa situación —considera la CIDH— puede “debilitar el funcionamiento del sistema de justicia de Bolivia”.
La caída de los bonos bolivianos y las perspectivas aún más sombrías para la desprestigiada administración nacional de justicia son factores que, ciertamente, espantan a cualquier posible inversor extranjero y complican la gestión económica del Gobierno obligado a “convertir en divisas” 17 toneladas de las reservas de oro del Estado para superar sus problemas de liquidez y poder “atender oportunamente el servicio de deuda externa y los requerimientos de gastos fiscales y obligaciones internacionales”.
Ambas circunstancias tienen sus orígenes en la pugna que enfrenta a las dos facciones del MAS: una interesada en mantenerse en el poder después de 2025 y la otra empeñada en recuperarlo y ninguna de ellas preocupada por el costo que ese afán puede tener para el país.
Porque es difícil explicar la paralización del proceso para las elecciones judiciales sin un interés político. Y ese interés sólo puede estar ligado al conflicto interno del partido oficialista.
De la misma manera, la autoproclamación de Morales —que carece de efectos legales pues el candidato presidencial del MAS debe ser el ganador de elecciones primarias— sólo se explica como parte de su estrategia para evitar ser derrotado en la pugna intrapartidaria.
Así, el país entero resulta siendo una especie de rehén de rivales enfrentados por el poder político.