El pelopincho de Sipe Sipe
“Pelopincho y Cachirula” fue serie de historieta creada por el historietista uruguayo Fola, que narraba las aventuras y disputas de una pareja de niños llamados Pelopincho y Cachirula y se publicaba en la revista “Billiken” en la década de los 60 del siglo pasado. Como sucedió con muchos términos, con el transcurso del tiempo, el vocablo “pelopincho” pasó a asociarse a todo varón lento, con dificultades de razonamiento, al que alguna parte de su cuerpo le pesaba bastante; dicho de otro modo, pasó a ser sinónimo de “imbécil”, “tonto”, “bobo”, “estúpido”, etc.
El pasado lunes, en el municipio de Sipe Sipe (Cochabamba) la senadora de Comunidad Ciudadana Andrea Barrientos fue víctima de agresiones por parte del alcalde masista Félix Mario Galarza Alá, quien no sólo profirió diversos epítetos en su contra, sino que azuzó a sus seguidores (componentes de un grupo de choque, como sucede con tantas autoridades masistas) para que la agredan físicamente.
¿Qué fue lo que provocó la ira de este sujeto? Que, ante denuncias recibidas, la senadora se haya hecho presente en Sipe Sipe para inspeccionar el hospital oftalmológico de Parotani y que en el camino reciba pedidos de los comunarios de Itapaya para la declaratoria de zona de emergencia en el lugar por la sequía que están sufriendo.
Al mejor estilo de todo autoritario, que se niega al diálogo y a la confrontación de ideas, y como todo corrupto, lo que el alcalde masista hizo fue un intento de descalificación de quien realizaba la inspección, acudiendo al conocido expediente de acusar a la senadora de “pitita” y “golpista”. Repitió así el libreto de Evo Morales, que, para ocultar el fracaso de su plan de hacer arder Bolivia para retornar triunfal luego de su huida en noviembre de 2019, acusa hasta el día de hoy a la Sra. Jeanine Áñez de haber dado un golpe de Estado y haber encabezado un gobierno de facto. Demuestra también la bronca que le causan los “pititas” que, sin disparar un solo petardo, lo echaron del gobierno y del país. Desde luego, esa narrativa es compartida por el actual presidente Luis Arce Catacora y sus seguidores.
Pues bien, el municipio de Sipe Sipe nació como capital de la Tercera Sección de la Provincia Tapacarí por ley del 16 de enero de 1900 y luego, cuando Quillacollo se separó de la mencionada provincia, por ley de 14 de noviembre de 1905, se convirtió en capital de la segunda sección de la provincia Quillacollo.
Cuenta la historia que, en 1908, esta capital sufrió un tremendo terremoto, que casi la hace desaparecer del mapa. Como consecuencia, quedó destruida la iglesia colonial y muchas casas de adobe del poblado, y murieron muchas personas. En la actualidad todavía permanece en pie al ingreso al centro urbano, una parte del altar mayor de la antigua iglesia de San Pedro de Talavera, templo del patrono del municipio, el Señor de los Milagros.
En 1815 fue escenario de la batalla entre los realistas encabezados por el Gral. Joaquín de la Pezuela y tropas del tercer ejército auxiliar argentino comandado por Rondeau, que terminó en victoria para los españoles, una de las peores derrotas de los independentistas.
Sipe Sipe posee tierras fértiles y fue y es importante región agrícola, en cuyo territorio quedó una de las más importantes ruinas incaicas, la fortaleza de Inkaraqay, construida entre 1460 y 1470. Se afirma que fue el centro administrativo de los incas desde donde se organizaba el envío de maíz al imperio.
Los Tiempos señalaba en 2017 que en Sipe Sipe residió Marcelo Quiroga Santa Cruz, en la comunidad de Caramarca. Y añadía que Simeón Cuba, uno de los integrantes de la guerrilla del “Che” Guevara derrotada en octubre de 1967, fue sipesipeño.
El feroz terremoto que sufrió en 1908 dio pie a que el músico Daniel Albornoz compusiera un famoso bolero de caballería titulado “Terremoto de Sipe Sipe”. Desde luego, ningún lugar de la tierra tiene la culpa de quiénes nacen en su territorio, ni el Señor de Los Milagros puede impedir que nazcan pelopinchos, pero probablemente otro músico, recordando al imbécil que hoy funge como su alcalde, componga una marcha fúnebre titulada “El pelopincho de Sipe Sipe”, que dé cuenta de los tiempos finales del MAS en Bolivia.
Columnas de CARLOS DERPIC S.