Música por la paz
Ya decía San Agustín: “quien canta ora dos veces”. Sólo la música podrá ponernos frente a frente, bajo el mismo cielo, sobre la misma tierra, mirando al mismo Dios. Sólo la música podrá llenar ese vacío del alma, ese derrumbe del espíritu, sólo la música podrá cicatrizar la herida y desinflar los odios. Parece una ironía que en este lugar sagrado, Dios sea sólo un pretexto para tener la razón con la eterna pelea de territorio. La Tierra Prometida se ha vuelto el infierno. Ni la ONU, ni los comunicados, ni las palabras terminan por calmar el dolor. Sólo la música, sólo las notas de una partitura, sin palabras, pueden enfriar el dolor del alma.
La música es nuestra mejor arma, nuestro escudo ante los misiles del odio de las palabras. Te traigo varios ejemplos.
La Orquesta por la Paz de Oriente Medio es una colaboración de varios grupos étnicos de músicos profesionales, todos conectados con Medio Oriente. Henrik Chaim Goldschmidt fundó la orquesta en 2003 invitando a músicos árabes y judíos a tocar música de grandes tradiciones, ofreciendo conciertos por la paz. Los músicos provenían de Israel, Palestina, Egipto, Irak, Siria, Jordania, Líbano y Escandinavia. La música que se interpretó tuvo elementos del klezmer judío, del makam de Medio Oriente y música árabe clásica.
Otro es Voices Beyond Divisions. El 19 de enero de 2017, niños de escuelas islámicas, judías y cristianas se unieron a jóvenes músicos talentosos de la Escuela de Música Purcell y músicos de Medio Oriente para cantar y tocar por la paz en esa región.
El Proyecto Idan Raichel se fundó en 2003 para exponer a los israelíes a la cultura de los nuevos inmigrantes en ese país, así como a la cultura más allá de las fronteras de Israel en otros países del Medio Oriente y en gran medida árabes.
Finalmente Koolulam. El 2018, decenas de personas (cristianas, islámicas y judías) se reunieron en la Torre de David en Jerusalén. No se conocían entre sí, pero al cabo de algunos ensayos, vinieron los abrazos. Cantaron “One love” de Bob Marley en inglés, árabe y hebrero. El video es emocionante porque resume el espíritu detrás de las tres religiones más grandes del mundo, resume eso que Yahvé / Dios / Alá pide “shalom”, “Salaam Aleykum”, “que la paz esté con ustedes”.
Los ojos del mundo miran y lloran el conflicto de Israel y Palestina, buscando culpables, buscando el origen del mal para justificar una postura en la balanza. Pero al final del día, son muertos divididos por una frontera imaginaria. La música es el lenguaje universal. En la mítica película Encuentros Cercanos del tercer tipo de Spielberg, la forma de hablar con visitantes extraterrestres
era a través de una sinfonía de colores. La música trasciende los odios de las fronteras, la ignominia consecuente de la religión, trasciende a una sociedad que habla para responder, no para escuchar.
Columnas de MÓNICA BRIANÇON MESSINGER