Sigue búsqueda de las desaparecidas en Achira y hay más municipios en emergencia
Siete días después de la devastadora riada que arrasó comunidades enteras en Samaipata, la emergencia lejos de ceder se expande hacia Yapacaní, Apolo y Guayaramerín, donde las intensas lluvias han dejado caminos intransitables, familias aisladas y cientos de damnificados que luchan por recuperarse mientras la amenaza climática continúa.
En Achira aún hay dos mujeres desaparecidas. Las brigadas de rescate —91 miembros de las Fuerzas Armadas, voluntarios locales y maquinaria pesada— remueven sin descanso el barro endurecido por el sol. El tiempo juega en contra, y el dolor se acumula en las familias que aún esperan un milagro.
La tragedia, sin embargo, ha detonado una ola de solidaridad. Vecinos y voluntarios cocinan ollas comunes para afectados y rescatistas; solo una familia reportó haber servido más de 270 platos en un día. La ayuda psicológica llegó recién el domingo, intentando contener el trauma colectivo de los más de 1.000 hogares afectados por el desastre.
Pero la emergencia continúa: persisten los cortes de agua y energía, y el acceso por carretera sigue inestable.
Mientras Samaipata intenta ponerse de pie, Yapacaní vive su propia catástrofe. Tras casi una semana de inundaciones provocadas por los desbordes de los ríos Yapacaní, Ichilo, Chané y Espuma, los equipos de rescate trabajan sin tregua.
Más de 100 personas han sido evacuadas, algunas tras sobrevivir varios días aisladas sin señal ni alimentos. Una de las escenas más dramáticas ocurrió en el sindicato 10 de Julio, donde una pareja de adultos mayores fue encontrada en una vivienda abandonada.
El Searpi activó trabajos de emergencia y pidió a la población alejarse de los ríos, reforzando defensivos provisorios con maquinaria adicional, malla, fierros y postes.
Las lluvias no dieron tregua el fin de semana. En Guayaramerín, el agua llegó hasta la cintura en varias zonas, inundando calles, avenidas y viviendas. Las familias pasaron horas evacuando agua de sus casas mientras la tormenta persistía casi toda la jornada.
En Apolo, el camino principal quedó totalmente intransitable por el lodo y los derrumbes, dejando vehículos varados.

























