“Sudaca” Se abren espacios para exponer el “arte marica”
Los términos “queer” (raro), marica o sudaca, se asocian al insulto y/o marginalidad, pero el arte ha logrado revertir estas palabras y transformarlas en corrientes con una posición política para visibilizar las manifestaciones artísticas que luchan por los derechos de la comunidad LGBTI+.
Es así que el término “queer”, tal como se entiende hoy en día, tiene su origen en un gesto político. A principios de la década del 90 fue utilizado por la organización norteamericana Act UP como una manera de apropiarse del insulto y convertirlo en un lema de lucha. Desde entonces, en el mundo se habla del “arte queer”, pero en Latinoamérica y en nuestro país, el término se ha apropiado a nuestra realidad y se habla del “arte marica”. Según Galo Coca, artista visual y curador de Persona Casa Galería, en La Paz, en Bolivia hay muy buen “arte marica”.
“Natural e intencionalmente, varios artistas relacionados con activismo LGBTI diferenciaron lo ‘queer’ internacional y globalizado, con lo que pasa en nuestros territorios: América, Latinoamérica, Bolivia, y se empoderaron como maricas. Actualizando y reinterpretando tradiciones, conceptos de comunidad, identidades, introduciendo rasgos actuales como fenómenos de comunicación y acceso a la educación”, comentó Coca y anunció que para este año se está proyectando la “Bienal Marica” en su galería, en la que se espera tener a 20 artistas bolivianos trabajando en La Paz durante dos semanas.
En nuestro país, los espacios para el arte que lucha por los derechos LGBTI+ están abiertos, por ejemplo, desde el 17 de mayo el Museo Nacional de Arte en la Sede de Gobierno, acogió la muestra “Sudaca”, del activista y artista Andrés Mallo.
La exposición “Sudaca”, de Andrés Mallo, estará abierta hasta hoy, domingo, y en ella se combinan elementos de la cultura y folklore bolivianos desde los que se cuestionan la discriminación y el sistema patriarcal.
El concepto de “Sudaca” —cuenta el artista— nace de haber construido una propuesta desde diferentes actores en Sudamérica que son activistas y que se están alineando para dialogar sobre temas que competen a la región.
“Sudaca” también es el resultado de una convocatoria que lanzó el Museo Nacional de Arte en La Paz hace dos años, y Andrés fue seleccionado para exponer este año. La fecha de inauguración fue el 17 de mayo, Día Internacional Contra la Homofobia, y se cierra hoy, en pleno mes de las diversidades sexuales. La exposición consta de elementos de las artes populares, como la diablada y la morenada, además de elementos de la chola paceña, ya que Andrés es “drag queen” (Alicia Galán) y, en esta ocasión, representa un personaje icónico de la ciudad de La Paz y de las ciudades andinas del país, con la idea de reivindicarlo, pero también utiliza motivos amazónicos de las tierra bajas para mostrar la diversidad cultural del país.
“Interpelo y cuestiono la realidad boliviana en relación con países como Argentina o Brasil, donde se ha aprobado la ley del matrimonio igualitario y que en desmedro boliviano aún no tenemos estos derechos conquistados desde la población LGBT+. En mi caso, por ejemplo, vivo hace un año con mi pareja, que es mi esposo simbólicamente, y no tenemos derechos desde la parte laboral. Yo cumplo compromisos ante el Estado, como pagar impuestos, pero mi pareja no recibirá ningún beneficio social y otros derechos porque no hay este avance, que no afecta a nadie, porque a veces se apela a que las leyes en temas LBTs afectan a terceros, sin embargo; esto no afecta a nadie, sólo a los que estamos construyendo estas familias diversas”, explica Mallo.
En la muestra, que tiene instalaciones, videoarte y esculturas, se hace énfasis en las reinterpretaciones de la masculinidad, el machismo y el patriarcado con figuras como el Achachi Moreno. El artista también plantea la presencia de Andrés y Alicia, como “drag queen”, es decir su alter ego, ya que son más de 15 años que Mallo hace transformismo.
Otro de los elementos que hace parte de la exposición es un maniquí envuelto en gasa médica, simbolizando a la Venus occidental, la del cuerpo perfecto y juventud plena. En la escultura hay agujas y jeringas, para cuestionar el imperio farmacéutico y de las estéticas que marcan lo femenino. “Las compañeras trans, frente a estas operaciones clandestinas, reales y violentas, donde les introducen hasta aceite de avión”, denuncia el artista.
Otra parte importante de “Sudaca” es el camino que se marca a través de zapatos con colores que se relacionan con arquetipos de género, los azules y rosas, partiendo del blanco, esta pieza dentro de la exposición simboliza el camino de una persona trans en nuestro medio. “Es un poco el recorrido de una persona trans que puede o no ser entendida en esta sociedad, más allá de la violencia, más allá de cualquier decisión, es esta posición particular de su identidad, ese espejo en el que se encuentra construida y feliz por esa construcción, pero ya cuando se exterioriza se encuentra con toda la violencia sistemática desde todos los ángulos”, comenta Mallo.
Dentro de las actividades que incluía la muestra, hubo un conversatorio con activistas trans, el jueves pasado, para dialogar sobre la situación de las personas de dicha comunidad en Latinoamérica.
Un espacio oficial
“Me cerraron cien puertas en la cara antes de poder exponer en un espacio oficial como el Museo Nacional de Arte”, dice Mallo y cuenta que en su exposición hay un muro donde la gente puede escribir comentarios y en el que se puede encontrar desde relatos violentos y machistas, hasta expresiones sensibles que pueden llegar a conmover.
“Son un aporte importante para estos diálogos que estamos construyendo entre todas y todos, y no queda sólo en un artista o en un activista o en alguien que tiene una orientación sexual o identidad de género, sino que se está volviendo un movimiento social en el que todas y todos estamos participando y estamos siendo actores de estos cambios sociales, que dejan de lado la invisibilización violenta que han impuesto los Estados, en muchos casos, o las Iglesias y religiones, creo que eso es lo importante, que todos tengamos una oportunidad para dialogar y hablar, y las artes ya no son sólo para ciertas personas con acceso a recursos, sino que el acceso al espacio y diálogo es para todos”.