Ha pasado un año y medio desde que Salvador Romero renunciara a la presidencia del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y se marchara al exterior del país. Hoy, si bien no está de vuelta físicamente, acaba de publicar en Bolivia un libro titulado “El ciclo electoral boliviano 2020-2021”, en el que concluye que “la polarización permanece viva y constituye un caldo de cultivo para la contestación política, regional y social, cuyo cauce resulta difícil de prever”.