SIN VUELTAS
Cómo fuera si la reforma judicial no hubiera sido declarada y anunciada públicamente por el Gobierno central como “una prioridad en el Estado Plurinacional de Bolivia”, tal como lo reafirmó en agosto del año pasado el ministro de Justicia, Iván Lima. En esa oportunidad, el Ministerio de Justicia aseguraba en su portal: “La reforma judicial pisa el acelerador y avanza a paso firme”. Aunque ya para entonces iba quedando claro que, a pesar de los anuncios oficiales, el proceso no sólo marchaba lento, sino que no marchaba, literalmente.
Patricia Mogro Rodríguez tiene 37 años y una historia de vida con la que, sin duda, muchas otras personas, y no apenas mujeres, pueden sentirse identificadas. Madre de cuatro hijos (Silvina, de 20 años; Alonso, de 16; Juan Carlos, de 10, y Valentina, de 3), a los que cuida y sostiene junto a su compañero de vida, Marco Antonio, venciendo mil y una batallas, está librando en este momento una de las más difíciles que le ha tocado ya enfrentar: la de seguir viva, presente y vital para ella misma y para cada uno de sus seres más queridos.