No lloran
No sólo los que tenemos un corazón frágil lloramos. No sólo los que vimos llegar a los discapacitados a La Paz, mordimos la rabia y la pena. No sólo los paceños salieron a las calles. Todos lo hicimos. Todos mascullamos entre dientes la rabia que deja esta agonía.
Son seres humanos a quienes no sólo les debemos respeto y protección, les debemos, además ahora, nuestra profunda y eterna gratitud.
Con sus ruedas, muletas, bastones, cojeras y ausencias de miembros, nos han demostrado que el espíritu de lucha no claudica y que la necesidad es sobre todo un motor para el vivir en pie de lucha.
No nos es ajeno en nuestra historia. Tenemos a la ciega Gandarillas, al Mutu Méndez, Al cojito Pérez de Villa Victoria. Y ahora tenemos a un batallón de héroes y heroínas que marchando desde Cochabamba a La Paz, han demostrado el valor y la humildad. Han aceptado, cual Jesús, agravios e insultos, han aceptado que comunidades les cierren sus puertas a título de que son amparados por oscuras ONG. Ellas y ellos han seguido sin claudicar, marchado por colinas, por carreteras por poblados.
Su objetivo es tan simple, tan increíblemente simple: un bono de 500 bolivianos por mes a todos los discapacitados, eso es todo. Nada más. Y sintomático, la COB pide 8 por ciento y le dan el 6 habiendo dicho que no subirían de 4. ¿Qué pasa con los discapacitados? ¿Es que no son una fuerza suficientemente grande como para que se les preste atención?
Dejemos de mirar para otro lado cuando estos compatriotas nos están golpeando la conciencia y nos están dando de golpes en el alma.
No se escuchan los gritos de ¡basta ya! en ninguna parte, todos se ponen detrás del tata Albó para decir: sí, tiene razón.
¿Por qué no se crea una organización que analice seriamente las necesidades de los discapacitados y en base a eso se haga cargo de su manutención? Seguro que eso sería infinitamente más caro que el miserable bono de 500 bolivianitos, cuando acaban de subir el sueldo mínimo a 1.800 bolivianos. ¿Quién entiende eso? Es decir, que si trabajas necesitas mínimo 1.800 y si estás imposibilitado de trabajar entonces necesitas sólo 1.000 bolivianos al año, es decir, 83,33 bolivianos al mes.
La economía no es no gastar, la economía es gastar bien y no hay mejor gasto que aquel que mantiene sana y educada a la población. Sana por atención de salud y educada por enseñar en escuelas medianamente proveídas de materiales e instrumentos básicos.
¿Cómo se atreven los discapacitados a demandar algo que bien saben que no se puede? ¿Acaso no entienden que las prioridades nacionales están muy fuera de lo que son las necesidades de ese colectivo, el mismo que apenas puede mover a unos mil? En cambio la COB o los movimientos sociales nos dejarían con el culo al aire.
Por eso no lloran, “porque tienen de plomo las calaveras” (FGL)
El autor es economista.
Columnas de CARLOS F. TORANZOS