El requisito de aprender un idioma nativo
Para aprender un idioma no es necesario ir a una escuela, instituto o universidad donde se aprende solo para aprobar la materia. El idioma se aprende por necesidad. Imaginen a un boliviano que se va a vivir en Estados Unidos, Canadá o Francia, allí aprenden una segunda lengua porque tienen la urgencia de comunicarse con sus semejantes que comparten la jornada de trabajo, el metro, el supermercado. Irá aprendiendo al escuchar e interactuar con la gente cercana, aprenderá hasta llegar a dominar el idioma.
Lo extraño es que el presidente del Estado Plurinacional, habiendo nacido en Orinoca, no hable el aimara, idioma nativo de la comunidad por lo que, necesariamente tuvo que aprender escuchando a sus familiares y vecinos. Está claro que los niños de las comunidades aimaras o quechuas tienen el idioma nativo como primera lengua y que una vez aprendido jamás van a olvidar aún cuando aprendan una segunda lengua como el castellano que se enseña en la escuela.
Además, el presidente en tiempo de colonizador y dirigente cocalero –que vivió en Villa 14 de septiembre–, necesariamente tuvo que aprender a hablar el quechua en el trópico de Cochabamba, en medio de migrantes de comunidades campesinas de Potosí, Sucre, Cochabamba y que dominan el quechua en sus relaciones sociales, además de hablar el castellano como segunda lengua.
Es inadmisible que, a estas alturas, (seis años de la aprobación de la Ley) ni el Presidente ni el Vicepresidente hablen con fluidez un idioma nativo de la región donde han vivido e interactuado. Se puede entender como excusa para el Vicepresidente que vivió en la ciudad y que tuvo la alternativa de aprender quechua en el colegio San Agustín de Cochabamba, aunque reconoce que solo escribe el aimara y el quechua y que le gustaría ofrecer un discurso en cualquiera de esos dos idiomas.
Durante todo este tiempo, sus voceros han intentado convencer que “el Presidente es trilingüe, habla quechua, aimara y español”, otro asegura haber conversado en quechua en varias oportunidades, un concejal asegura que el Presidente habla dos idiomas, aunque no a la perfección, finalmente el Presidente en Radio San Gabriel en la ciudad de El Alto saludó en quechua, pero no basta el saludo, debería tener dominio del idioma para tener una conversación fluida con la gente.
Asimismo, se cuestiona que el Tribunal Supremo Electoral no verificarán directamente el dominio del idioma nativo y que la ciudadanía y la oposición ponen en duda la certificación entregada por la Escuela de Gestión Pública Plurinacional, que acreditan que el Presidente y Vicepresidente han aprendido un idioma por vía virtual, muy básico y que les faltaría cursar el intermedio y el avanzado hasta llegar a una “comunicación fluida” como establece la propia escuela.
La Constitución Política del Estado, en el artículo 234 del capítulo cuarto, sobre los servidores públicos, señala que uno de los requisitos para desempeñarse en la administración pública es “hablar por lo menos dos idiomas oficiales del país, asimismo, la Ley 269 de 2 de agosto de 2012, Ley General de Derechos y Políticas Lingüísticas, establece un plazo de tres años para que los funcionarios aprendan un idioma indígena según el principio de territorialidad
La Ley es clara, debe hablar a nivel comunicativo y varios candidatos no cumplen con ese requisito, aun si han pasado clases de manera virtual, por tanto, todos los candidatos que no hablan idioma nativo deberían inhabilitarse porque no cumplen el requisito. No hacerlo implica complicidad con el Gobierno que controla prácticamente todo. “Mana ajina kayta atinmanchu”.
El autor es periodista y docente universitario
Columnas de CONSTANTINO ROJAS BURGOS