76 años de Los Tiempos
Un día como hoy, hace 76 años, el 16 de septiembre de 1943, llegó a los hogares cochabambinos el primer número de Los Tiempos. El diario que nació ese día lo hizo con la firme determinación de no ser uno más entre los muchos que lo precedieron. Desde un principio fue concebido como un ambicioso proyecto destinado a ocupar un lugar protagónico en el escenario periodístico nacional durante las décadas posteriores.
El hecho de que hoy conmemoremos un aniversario más, encaminados a paso firme hacia nuestro primer centenario, es la mejor prueba de la solidez de los cimientos sobre los que se construyó la obra que hoy constituye una de las principales instituciones de Cochabamba. Podemos afirmar por eso que Los Tiempos es parte principal del patrimonio de todos los cochabambinos.
Llegar a este punto no ha sido tarea fácil, pues fueron muchas las dificultades que tuvimos que enfrentar. Casi desde su fundación, nuestros fundadores, directores y los sucesivos equipos de redacción sufrieron en más de una ocasión el acoso de quienes vieron en nuestra labor periodística un obstáculo para sus inclinaciones totalitarias. De hecho, en 1953, por acción de grupos radicalizados de universitarios y militantes del entonces partido de gobierno, el MNR, fueron asaltadas y destruidas las instalaciones de este matutino, provocando su cierre temporal. Fue sólo un paréntesis, que se prolongó durante 14 años, hasta con el tesón de la familia Canelas y el apoyo de la ciudadanía, Los Tiempos reanudó sus ediciones el 19 de julio de 1967.
Desde entonces, con capacidad para adecuarse a las circunstancias concretas, sin dejar de lado sus principios, Los Tiempos ha ido reflejando día a día la historia del país y de nuestra región, tarea que, como es usual, le granjeó el apoyo decidido de Cochabamba, pero también provocó la ira de los poderosos que pese a utilizar diversas formas de presión no han logrado, ni lo harán, desviarnos de nuestro compromiso de informar a la ciudadanía con responsabilidad.
Actualmente, una vez más, estamos atravesando una etapa compleja por la acción del Gobierno, cuyos operadores ven en los medios en general, y en Los Tiempos en particular, un escollo en su plan de lograr el control monopólico del poder. Ese afán se plasma ahora en un sistemático acoso económico que, si bien dificulta nuestras labores cotidianas, de ningún modo logrará impedir que ratifiquemos nuestro compromiso con los principios y valores que nos han guiado desde nuestra fundación.