Todo a medias
Eduardo Del Castillo, ministro de Gobierno de Bolivia, realizó un intento por acaparar primeras planas. No le irá igual que cuando salió a documentar la corrupción de su antecesor, Arturo Murillo.
En esta ocasión, Del Castillo refríe una pésima investigación del portal estadounidense The Intercept en la que se intenta probar que el exministro de Defensa de Áñez, Fernando López Julio, organizaba una invasión de 10 mil mercenarios para evitar que Luis Arce jure a la presidencia tras su victoria electoral. Para probar dicho plan macabro, The Intercept aporta unos audios en los que López Julio escucha a un contratista llamado Joe Pereira. En ningún momento se oye al exministro proponiendo algo. La denuncia no hizo mella en la agenda informativa.
Cuatro meses más tarde, Del Castillo recalienta la información y añade una propia: cuatro de los implicados en el asesinato de Juvenel Moïse, presidente de Haití, habrían tenido una estancia en Bolivia entre el 16 y el 23 de octubre del año pasado. Se habrían alojado en el hotel Presidente de La Paz y en el Marriott de Santa Cruz. ¿Qué hacían acá? Del Castillo no lo sabe. Supone que venían a matar a Arce Catacora. Dedíquese a escribir novelas, señor.
Los datos habrían sido recopilados por “las células de inteligencia” del MAS. ¿Cómo se podría confirmar la denuncia? Bueno, esa no parece ser una preocupación del barbado ministro investigador.
Columnas de LA H PARLANTE