Sin una nueva justicia, los abusos siguen
¿Qué pasa con casos judiciales sin interés mediático? ¿Será que el Ministerio Público busca defender a la sociedad o se ha convertido en una instancia más de abusos, con fiscales, carentes de humanidad, que ven a las personas como objetos y cifras?
El historial de feminicidios que casi a diario ocupan titulares y noticieros es una mala señal que envía la justicia. No sorprende que la libertad de un feminicida tenga precio o que un asesino serial sea quien gobierne una cárcel, como se ha demostrado últimamente.
Seguro que no todos los fiscales son malos y que algunos reman contracorriente, investigan con objetividad, cumplen los plazos, respetan la dignidad humana y no quieren aumentar la retardación de justicia. ¿Pero qué pasa con los que se exceden y han perdido el rumbo de su misión? ¿Acaso no hay límites que todos debemos respetar? Tarde o temprano también los funcionarios que se desvían tendrán que enfrentar a la justicia, quizá a una diferente y nueva, más correcta y respetuosa, profesional y sin militancia.
Quizá muchos de los abusos no se darían si otras instancias, como Régimen Penitenciario y la Policía, actuaran con respeto a los derechos humanos. ¿Será que no saben lo que ocurre en los centros de detención? ¿Será que el “régimen del Tankara” se acabó en cárceles como El Abra o más bien se amplificó?
Es difícil creer que hay justicia y que realmente las personas detenidas están pagando su deuda con la sociedad, al menos no cuando persisten las irregularidades o cuando se tienen autoridades enfocadas en la defensa de intereses o de un Gobierno, pero no en el bien común.
Mientras no haya una nueva justicia seguirán las irregularidades, seguirá el hacinamiento en las cárceles y con ello los abusos.
Columnas de KATIUSKA VÁSQUEZ