Monstruos de fuego
Mientras haya una ley que permita el fuego y autoridades que la sancionen, con la complicidad de sectores productivos, poco o nada podremos hacer para evitar la quema de los bosques.
Considerar a los árboles como el pasto para el fuego o como un estorbo visual o, increíblemente, como un reservorio natural para los incendios es demente.
Pero eso ha pasado y pasa no sólo en Bolivia, sino en muchas partes del mundo.
Lo que nos compete como país es evitar estas malas prácticas políticas, porque por si no lo sabían las tierras quemadas en la Chiquitanía son ahora el premio para los pitufos y sus partidarios. Son aptas para el cultivo (de lo que sea) y ya no un bosque que debía preservarse a como diera lugar.
Hace días vimos con impotencia cómo en un sector cerca de Colomi, en Cochabamba, unos monstruos de fuego quemaron tierras. Junto con ella se quemaron dos caballos que no pudieron huir del incendio porque estaban atados. La dueña, de la tercera edad, no atinó a desatarlos para que pudieran huir de las flamas. Los voluntarios acudieron presurosos a detener el incendio, lo consiguieron, pero fue tarde para los animales, que no murieron en el acto, tuvieron que esperar la eutanasia que fue evitada por esos mismos monstruos de fuego que impidieron el paso de los veterinarios, se declararon víctimas y exigieron que más bien los voluntarios les donen comida para su ganado.
Una lógica absurda y abusiva. Fatal para los inocentes animales, árboles e insectos. Tan irracional e inadmisible como creer que quemando la cobertura vegetal de un terreno éste “mejora”. Todo lo contrario: más bien se degrada.
Menos mal que los achicharradores de turno tienen quien les haga frente. Ahí están los bomberos voluntarios. O las empresas que recaudan fondos para donarles equipos contra el fuego. O la estudiante boliviana Alina Santander Vinokurova junto a su equipo, con Tatiana Jaimes y Cristian Sorto, del Vaughn College of Aeronautics and Technology, quienes recibieron el primer lugar en la competencia estudiantil de proyectos en la conferencia LACCEI 2022: International Multi-Conference for Engineering, Education and Technology, que se llevó a cabo en Boca Ratón, Florida, gracias a su proyecto “ReGenBot: Diseño de un robot autónomo para revitalizar suelo quemado en bosques de Sudamérica”.
El proyecto logró el mayor puntaje en la competencia, que nació en 2019 a causa de los incendios en la Chiquitanía boliviana y el Amazonas. El equipo está feliz de seguir con el proceso de creación del prototipo y eventualmente esperan ver los resultados.
Aun así, mientras el sistema legal del país a menudo falle para proteger a las víctimas y perdonar fácilmente a los perpetradores, muy poco se logrará para detenerlos, porque el sistema corrupto manejado por los azules de turno, tan voraces como los incendios, lo único que buscan es el enriquecimiento ilícito a costa de la vida de los inocentes.
Columnas de MÓNICA BRIANÇON MESSINGER