Misión papelito
Bolivia es un país que ama tanto a sus hijos que cuando salen de sus fronteras les da un papelito con una misión. Tienes que llevar el papelito a donde vayas y traerlo de vuelta, intacto, porque en ese papelito está representada la imagen de Bolivia. Te podrás ir de viaje dos días, tres días, una semana, dos semanas, o más, pero al volver a Bolivia, te dice: “¿Y mi papelito?”
Pero no sólo eso. Para que no extrañes a esa “querendona” Bolivia cuando ingreses de nuevo a su territorio de madrugada, en el aeropuerto, te recibirá con lo mejor que tiene: una larga fila de bolivianos, que esperan retornar sus “papelitos” a los funcionarios de migración.
Y allí, en lugar de tener a muchos de ellos dando la bienvenida oficial a este país, y por esos azares que uno no se explica, hay apenas pocos que han decidido madrugar. El resto de las ventanillas no funciona. No hay nadie trabajando.
Tengamos en cuenta que de un avión descienden alrededor de unos 150 pasajeros entre ellos bebés, y personas de la tercera edad, que llegaron muy cansados. Pero sólo dos ventanillas funcionan. El resto: Bien, gracias.
Entonces, una hora después de haber aterrizado, y de haber entregado tu papelito migratorio que confirma tu regreso, recién podrás salir de la primera fila, luego te toca otra: la de aduanas.
No importa si la aduana se va a preocupar de darte una cordial bienvenida y te va a decir “claro, pasa, adelante”, se va a preocupar de que llenes, oh, qué casualidad, otro papelito.
Ojo: ese es el amor que Bolivia te tiene, porque es para que no la extrañes pues. Porque una vez que estás aquí, todos los días te vas a encontrar con cosas que no viste afuera y ella te va diciendo: “Oye, ¿No has visto rompe muelles? Toma te doy mil rompe muelles. ¿No has visto autos de los 70? Te doy autos de los 70. ¿No has visto contaminación vehicular? Mira, tengo bastante. ¡¿Qué?! Gente que maneja bici en la calle, eso es ridículo. Yo te voy a dar un día al año para que hagas eso, el resto del tiempo sálvate como puedas”.
Esa es la Bolivia que pide que no la extrañes. Te da otras cosas como transportar agua en cisternas, como en Beirut, paros, bloqueos, y otras linduras.
¿Por si acaso te han preguntado tu NIT en otro país? No, porque así no funciona. En Bolivia todo es con NIT, aunque el 84 por ciento del mercado sea informal.
Como extrañamos tanto a Bolivia nos derretimos ante situaciones tan “encantadoras” como cuidar que al papelito migratorio no le pase nada.
Seguimos haciendo cosas que “engrandecen” a este país, y hacen que la Bolivia, amante de la burocracia, esté “avanzando” rumbo al bicentenario de la independencia.
Columnas de MÓNICA BRIANÇON MESSINGER