La cuestión metropolitana en Cochabamba
En Cochabamba la cuestión metropolitana aun no responde a un proceso de planificación territorial efectivo que satisfaga la problemática integral. No obstante la creación, mediante la Ley Nº 533, de 27 de mayo de 2014, de la región Metropolitana Kanata (RMK), se observan una serie de desventajas producto de la baja funcionalidad y muchos vacíos traducidos algunos en resultados negativos.
Un primer elemento que destaca en la conformación de la metrópoli es la presencia de municipios que giran en torno a la agropecuaria. Otro aspecto radica en la menor representatividad de la ciudad central a nivel nacional (comparativamente con La Paz y Santa Cruz), su bajo aporte al PIB, la insuficiente oferta de espacios laborales formales a migrantes internos de otros municipios de diferentes regiones, y también la baja población asentada en la ciudad central y sus municipios adyacentes.
Un aspecto complejo para la gestión metropolitana y el funcionamiento de su Consejo es la potestad otorgada al gobernador, cuya visión lamentablemente puede verse influenciada al momento de asumir posición respecto de soluciones que involucren a municipios no coincidentes política o ideológicamente, postergando la solución de problemas eminentemente técnicos. Este aspecto con certeza repercutirá en el mismo grado en la conformación de nuevas entidades metropolitanas en Santa Cruz y La Paz; por lo que será importante conformar un poder administrativo con visión multisectorial y de coherencia pública, de trascendencia técnica expresada como gobierno regional.
Históricamente, no han existido instrumentos de planificación territorial que tengan carácter vinculante en los productos de las instituciones del Estado, que generen articulación intersectorial, que concurran a una construcción integrada y holística con perspectiva de futuro como base del desarrollo sustentable, que conciban y transfieran información territorial de las instituciones regionales a nivel técnico.
Dada la participación fragmentada de autoridades nacionales, regionales y locales, la baja tasa de participación ciudadana y la escasa vinculación de estas actividades con las políticas e inversión pública, desde el ámbito de la planificación urbana y la gestión ambiental, es preciso reforzar la participación multiactoral que vincule eficientemente la institucionalidad pública con la ciudadanía bajo el liderazgo de una figura despartidizada y mayormente técnica que aglutine voluntad política y conciencia ciudadana.
Otro factor relevante para el análisis de la gestión integrada es la presencia de indicadores que permitan realizar un seguimiento del comportamiento metropolitano y de la planificación desarrollada para este efecto. Lamentablemente, a nivel nacional, regional y municipal, aún no es posible contar con estos instrumentos de evaluación o un sistema de seguimiento que permita medir la conducta de la ciudad, las actividades públicas, las inversiones y los resultados.
En este sentido, se precisa una normativa que considere el ordenamiento territorial, el manejo ambiental y la sustentabilidad al interior de un observatorio territorial que genere indicadores y metas para los servicios públicos en la RMK, con respaldo de políticas de Estado, y sin mayor alteración producida por los cambios de autoridades nacionales, regionales y/o municipales.
Es evidente la falta de consolidación de la cuestión metropolitana, lo que conduce a afirmar que tampoco está presente una gestión claramente vinculada con una normativa nacional manejada por los ministerios correspondientes. Internamente, en la RMK no es visible una gestión integrada por entidades públicas entre sí —gobernación y municipios (por la autonomía institucional)—, ni entre estas instituciones con el sector privado y la sociedad civil. Lo que permite concluir que existe una desarticulación institucional que impide avanzar integralmente en aspectos temáticos y geográficos, y, por tanto, aún no repercuten en nuevos modos de vida para los ciudadanos.
Finalmente, no se cuenta con indicadores de valoración ni modelos teóricos para un análisis del comportamiento metropolitano y su evaluación frente a temporalidades y a otros contextos latinoamericanos. No existe una gestión de elaboración de instrumentos para una métrica urbana de carácter sectorial integrada con sus territorios adyacentes, ni de carácter municipal que permita entender hacia dónde vamos.
Se percibe que en el corto y mediano plazo no se producirán mayores cambios, dado que el nivel central cedió responsabilidades de gestión al departamento y su gobernación, y no están desarrollando mayores directrices para profundizar el tema. A nivel regional, lamentablemente, la escasa o ninguna coincidencia entre los municipios de la RMK, la baja participación ciudadana y la ausencia de planificación integrada no permiten avizorar un desarrollo metropolitano eficiente.
El autor es PH.D. en arquitectura y estudios urbanos, mkquiroga@gmail.com
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