La internacionalización de las universidades en la cuerda floja
El débil relacionamiento de América Latina en el marco de la cooperación educativa regional e internacional aún requiere esfuerzos integrados desde el Estado, las universidades públicas y los consorcios regionales de educación, Estos últimos aglutinan universidades de relevancia en Latinoamérica.
Los principales consorcios regionales de educación superior, Asociación de Universidades Grupo Montevideo (AUGM) y Unión de Universidades de América Latina y el Caribe (Udual) han generado programas de movilidad estudiantil más circunscritos al pregrado. América Latina y el Caribe son destinos menos atractivos internacionalmente. De los 5 millones de estudiantes sólo 176 mil, el 3,5% del total escogen como destino algún país de esta región (Unesco-Iesalc 2019). El mismo informe al que se hace alusión resalta que “la región resulta atractiva, fundamentalmente para los estudiantes de pregrado, pero no para los de posgrado y doctorado, quienes se trasladan mayoritariamente hacia los Estados Unidos y Europa”.
América Latina aún sustenta los procesos de internacionalización en las universidades de la región con dinámicas distintas, en función a la expansión cuantitativa de las movilidades intrarregionales e interregionales en concordancia con las políticas institucionales de provisión de recursos y a las políticas existentes en las mismas universidades.
Existe una tendencia persistente en las instituciones de educación superior que la internacionalización se limita a la movilidad de docentes y estudiantes, si bien, es cierto en alguna importante medida, no es el alcance central ni el fin último de la internacionalización. La internacionalización no puede ser extraña a los procesos de desarrollo, a la política de investigación de los países o a las líneas de investigación de los centros e institutos de investigación de las universidades. Entendiendo que buena parte de la investigación de los países se hacen en las universidades públicas con menguados recursos fiscales, o con alianzas investigativas vía los nichos de investigación ubicados en los países del primer mundo.
La internacionalización sigue siendo la bisagra necesaria para que las universidades latinoamericanas conciban que tener un lugar en la sociedad del conocimiento pasa por jugar en las grandes ligas, articularse con programas investigativos de los países del norte, tener un mayor enlace con universidades de prestigio, que aparecen en los rankings relevantes como el ranking de Shanghai y generar recursos investigativos sumando esfuerzos en los consorcios birregionales para avanzar en innovación, desarrollo y equidad.
Las universidades bolivianas han comenzado en los últimos 20 años a trabajar en este sentido con una predisposición mayor, aún insuficiente. Existen ejemplos relevantes como la Carrera de Física de la UMSA, los recursos de proyectos internacionales ganados por diferentes carreras de las ingenierías, ciencias naturales de la Universidad Mayor de San Simón, los proyectos Erasmus+ y Erasmus Plus en los que ha estado involucrada la UMSA a través de varias carreras, el esfuerzo pionero del CIDES en tanto centro de posgrado e investigación, la presencia en proyectos internacionales de la Universidad Católica Boliviana y la Universidad San Francisco Xavier de Sucre, que se relacionan con universidades nórdicas para temas novedosos como las energías limpias y la formación en investigación para un futuro sustentable del planeta.
Estos esfuerzos resultan insuficientes y solitarios al no existir una estructura fuerte de institucionalización de la internacionalización en las universidades públicas del sistema. Se observa en muchos casos, que la internacionalización está ligada a la estructura rectoral cuando debería ser un órgano de mayor peso, prestancia y ajeno a los intereses políticos. Por eso, la tarea de las oficinas de relaciones internacionales resulta titánica, al tener que situarse entre los vaivenes de la política universitaria. Hasta hubo una propuesta de austeridad en alguna universidad, de asimilar las relaciones internacionales a la oficina de planificación universitaria. Habrá que ver si la miopía universitaria no alcanza a vislumbrar que el futuro de las universidades está ligado completamente a la internacionalización. Sin internacionalización las universidades públicas bolivianas estarán ajenas a los proyectos de investigación de envergadura y la innovación seguirá siendo asumida como una tarea pendiente, ausente del sur global y particularmente de los países andinos.
Columnas de NELLY BALDA CABELLO