Trastornos alimenticios afectan a cuatro de cada 100 adolescentes
Cuatro de cada 100 adolescentes en Cochabamba corren el riesgo de padecer algún tipo de trastorno alimenticio, según la experiencia clínica del Centro de Anorexia y Bulimia Bolivia (ABB).
La anorexia es un trastorno de la conducta alimentaria que supone una pérdida de peso provocada por el propio enfermo. Quienes la padecen restringen la comida y presentan un cuerpo con extrema delgadez, poca masa muscular y deficiencias nutricionales.
En la bulimia las personas tienen el “peso ideal”, pero al no controlar su ingesta de alimentos recurren a los vómitos para evitar subir de peso “por la culpa y el temor”.
La médica psiquiatra de ABB, Grace Camacho, explica que la adolescencia (de 12 a 18 años) es la etapa en la que se construye la personalidad, y los adolescentes son “muy vulnerables a desarrollar gran inseguridad por la aceptación de la imagen corporal”.
Del total de pacientes en el centro, durante los cinco años de trabajo, entre el 60 y el 70 por ciento son adolescentes. El restante, personas cuyas edades oscilan entre los 18 y 25 años, acota Camacho.
El director y fundador del centro, Santiago Valda, añade que de cada 10 casos, nueve corresponden a mujeres.
Esto se debe a que ellas empiezan a tener más contacto con la sociedad y un mayor acceso al internet y las redes sociales a temprana edad, explica Alejandra Pérez, especialista en nutrición y dietética de ABB.
“Es ahí donde te presentan la figura ideal de una mujer delgada y ese es el ideal al que quieren llegar las adolescentes”; buscan formas de ser delgadas o mantener su figura mediante dietas, excesivo ejercicio o dejando de comer, explica por su parte Elva Gamboa, nutricionista de ABB.
Causas
Camacho explica que los trastornos alimenticios responden a multifactores de origen bio-psico-social. Según estudios, existe una alteración a nivel genético en el aspecto biológico.
En el componente psicológico las etapas del crecimiento tienen mucho que ver. Por ejemplo, las conductas autoritarias de los padres crean actitudes obsesivas, que caracterizan a las anoréxicas, o situaciones que se convierten en factores desencadenantes del sobrepeso en la infancia y que después se convierten en los trastornos de conducta alimentaria (TCA).
Pérez resalta que “al ser un trastorno mental generalmente tiene un trasfondo: algo ha pasado en la vida del niño o adolescente para activar esta conducta”.
El componente social está relacionado con estándares de belleza que las adolescentes tratan de alcanzar y normalmente se inicia con las dietas. “Es ahí donde se instala el trastorno”, indica.
Consecuencias
Gabriela Terán, médica internista del centro, señala que los trastornos alimenticios afectan “en un todo” al organismo.
“Nuestro organismo funciona como un reloj, son diferentes engranajes que van en conjunto para el bienestar total, pero esta homeostasis va a estar alterada en el momento en que empezamos a inmiscuir otras medidas”, dice.
Alteraciones
Terán explica que los paciente pueden padecer alteraciones hormonales, óseas, de piel, gastrointestinales, renales e incluso cardiacas, que representan mayor riesgo.
Además de los problemas de desgaste de la mucosa gástrica, del esmalte dentario, pérdida de electrolitos, calambres, pérdida de cabello y la piel seca, acota Gamboa.
Valda dice que “un tratamiento puede durar desde meses hasta años, dependiendo de la gravedad, el caso y los profesionales que participan en la recuperación”.
Añade que el tratamiento, en la ABB, está enfocado en cuatro fases.
La primera es ayudar al paciente a ser consciente de su enfermedad. En la segunda, se motiva a los cambios en su vida.
La tercera está enfocada en el tema familiar y las relaciones interpersonales y, finalmente, la cuarta etapa se basa en el autocuidado y autonomía del paciente.
Gamboa lamenta que “en Bolivia no hay muchos estudios ni tampoco centros donde se trate este tipo de problemas como la anorexia y bulimia”.
VIGOREXIA
Se obsesionan por la musculatura
La nutricionista y dietista Elva Gamboa explica que los varones, aunque en bajo porcentaje, padecen de un trastorno denominado vigorexia.
Luchan por el tema de la musculatura, ingresan en la práctica de excesivo ejercicio y el consumo de suplementos para aumentar la masa muscular, detalla Gamboa.
Son personas obsesivas que pretenden alcanzar las características estéticas “necesarias”, finaliza.
La nutricionista y dietista Elva Gamboa explica que los varones, aunque en bajo porcentaje, padecen de un trastorno denominado vigorexia.
Luchan por el tema de la musculatura, ingresan en la práctica de excesivo ejercicio y el consumo de suplementos para aumentar la masa muscular, detalla Gamboa.
Son personas obsesivas que pretenden alcanzar las características estéticas “necesarias”, finaliza.