Pese a no ser transmisibles, las enfermedades cardiovasculares (ECV) producen una elevada incidencia de muertes en el mundo. Sin embargo, la mayor parte de los casos se podrían prevenir, llevando unos hábitos de vida saludables y controlando determinados factores de riesgo que aumentan la probabilidad de sufrir una ECV, y que en buena medida dependen de comportamientos que las personas podrían cambiar o corregir, según el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO).