DEBAJO DEL ALQUITRÁN
Hay ciertamente muchos enfoques y perspectivas para ver y estudiar este fenómeno. De hecho, si efectuamos una rápida búsqueda sobre definiciones y conceptos de “populismo”, nos confrontaremos con una variopinta cantidad. Hay enfoques polémicos y de alta complejidad como los de Slavoj Zizek y Ernesto Laclau, notables e influyentes pensadores en la actualidad. Es, en todo caso, un término polisémico que, cuando es visto bajo el prisma ideológico, en la díada izquierda y derecha, deviene en una pérdida de objetividad.
Los buenos gobernantes siempre procurarán orientar la política exterior de un Estado buscando lo mejor para su país y sus habitantes.
Son siglos y siglos de lucha incesante contra el poder concentrado que deriva inexorablemente en poder ilimitado, arbitrario, cruel y brutal.
Si nos remontamos a los primeros años de la era cristiana, en el auge del Imperio romano, ese poder concentrado e ilimitado estaba peligrosamente en las manos de una sola persona: el emperador. Vean ustedes, con muchos ejemplos históricos, la crueldad y brutalidad, a su turno, de estos emperadores.
el fascismo, como forma y estilo de gobierno, surge en los inicios de la tercera década del siglo XX. Primero en Italia, con Benito Mussolini. Luego en Alemania con Adolfo Hitler y en España con Francisco Franco. En principio, su irrupción estuvo motivada para frenar la expansión de la revolución bolchevique en Europa, que propugnaba la “dictadura del proletariado”.
Dos formas bastante comunes se pueden observar, como estilos, al analizar la política. La primera, un poco menos común, es la perspectiva prescriptiva. En esta forma, prevalece el análisis en torno a como debe ser la política. También se la idealiza. Tal como soñó Platón, en La República, con el buen gobierno, el gobierno de los sabios y los filósofos.
Desde el congreso de Lauca Ñ —punto de inflexión organizado a medida para que Evo Morales se constituya en el único dueño del Movimiento al Socialismo (MAS), y con eso, en su único candidato presidencial— la división y pelea, al interior de las filas del partido de gobierno no ha tenido tregua. Como anticipamos, se tornará más visceral. La lucha, ahora, por el control de la sigla es encarnizada.
Durante más de 14 años, en los tres periodos constitucionales, que gobernó Evo Morales, siempre uso el Órgano Judicial y otros poderes del Estado a su entero gusto y satisfacción.
Sobre todo, a partir de su segunda gestión constitucional incidió perniciosamente en los tres principios básicos de todas las democracias del mundo: la separación, independencia y equilibrio de poderes. En estos tres principios esenciales, precisamente, radica el concepto de Estado de derecho.
En esta disputa que parece no tener retorno habíamos enfatizado que el cabildo del 17 de octubre iba a constituirse en un momento clave, en un hito, en la historia del Movimiento al Socialismo (MAS-IPSP). Después de ese Cabildo, como se observará más adelante, se parte el liderazgo histórico de Evo Morales. Ese vínculo, líder - masas, que parecía inexpugnable, queda demolido. De aquí en adelante ya no se podrá afirmar esto que durante un poco más de 15 años se enfatizó: “Evo Morales es el MAS, o el MAS es Evo Morales”.
Ciertamente, nuestro país, desde su fundación, no ha tenido una arraigada tradición democrática. Más bien, su historia ha estado plagada de golpes de Estado. Hasta las últimas dos décadas del siglo pasado, hemos tenido más presidentes militares que civiles. Tal vez, los periodos democráticos hasta 1982, fueron solo “interregnos”.
En una columna anterior había afirmado que el Congreso de Lauca Ñ se iba a constituir en punto de inflexión y el inicio de una nueva historia, en la división y los conflictos al interior del Movimiento al Socialismo (MAS), en tanto partido e instrumento político.