Bolivia, sin saberlo, pone en práctica la economía circular
Oliver Campero Rivero. Experto de la Plataforma de Economía Circular de las Américas
En Bolivia se maneja la economía clásica lineal, modelo netamente extractivista y depredador del medio, que sin previsión del cuidado del medio ambiente ha horadado la sociedad, las instituciones y sobre todo el frágil equilibrio hombre/naturaleza, al buscar extraer materia prima, transformar, usar y tirar.
La incorporación de los conceptos de economía circular en nuestra sociedad, de manera que se involucre a los centros de innovación, los políticos, los consumidores y a la industria, optimizaría el uso de los recursos y minimizaría los riesgos del sistema al gestionar una cantidad finita de existencias y con flujos renovables.
El objetivo es dar alternativas sociales/tecnológicas que generen mejoras en la productividad de las empresas, que permitan ahorros en sus gastos diarios y que estén acorde con los procesos ambientales de la actualidad, con los ciclos naturales del planeta, consistentes en un ciclo continuo de desarrollo positivo que conservar y mejora el capital natural.
El paradigma de la economía circular se propone como alternativa lógica y viable, que corrige los principales problemas de la economía clásica lineal: los bienes no son ilimitados y generan unos residuos imposibles de gestionar en el largo plazo. La economía circular pretende conseguir que los productos, componentes y recursos en general mantengan su utilidad y valor en todo momento con residuos “cero”.
Economía circular en el país
En Bolivia esta lógica es claramente algo que la población lleva instintivamente, pues hemos logrado vivir muchos años dentro la economía circular sin saberlo, por ejemplo, cuando los mecánicos adaptan piezas y solucionan los problemas de tu auto, o los zapateros arreglan las suelas y te dejan los zapatos como nuevos, o cuando los radiotécnicos permiten darle vida más larga a nuestros equipos electrónicos.
Es por esto que afirmamos que Bolivia maneja las características principales de la economía circular: diseñar y rediseñar los productos con el mínimo de residuos.
Los desechos no existen cuando los componentes biológicos y técnicos de un producto se diseñan con el fin de adaptarse dentro de un ciclo de materiales, y se diseñan para el desmontaje y la readaptación.
Para los materiales biológicos la esencia de la creación de valor consiste en la oportunidad de extraer valor adicional de productos y materiales mediante su uso en cascada por otras aplicaciones, sobre todo aquellos que se pueden volver por medio de la degradación en energía (biogás) o en biofertilizantes, dentro la llamada “bioeconomía”.
Bolivia es un país de oportunidades que puede liderar un esquema de políticas económicas que logren disminuir el excesivo consumismo, el derroche de los bienes naturales y de las materias primas, actitudes que están generando el desequilibrio de nuestro planeta.
Se debe repensar la forma en la cual el hombre está habitando en el mundo y Bolivia tiene la oportunidad de generar paradigmas de pensamiento crítico desde nuestra idiosincrasia de la economía circular, repensando su forma tradicional y lineal de ver los bienes; es hora de que cambiemos esta visión sesgada y antropocéntrica, estamos en el momento de repensar nuestra realidad y acomodarla a sistemas económicos que reflejen un equilibrio natural y del cual podríamos aprender.
FICHA PERSONAL
Nombre: Oliver Campero Rivero
Cargo: Miembro de la Plataforma de Economía Circular para las Américas
Áreas de trabajo:
Economía circular y rediseño de productos
Proyectos de biogás
Proyectos de evaluación del cambio climático, energía, danadería y desarrollo rural
Preparación y coordinación de proyectos de energía renovable como el biogás y otros
Especialista en economía ecológica, agronegocios e investigación de mercado