El Partido Republicano de Kast triunfa en la Cámara de Diputados y en el Senado chileno
En las elecciones parlamentarias que este domingo se han celebrado en conjunto con las presidenciales, se ha ratificado que las corrientes moderadas, tanto de la derecha como de la izquierda, han sido desplazadas por versiones más radicales. El Partido Republicano del ultraderechista José Antonio Kast, que con amplias expectativas pasa a la segunda vuelta con la izquierdista Jeannette Jara, ha triunfado junto a sus socios tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado.
En la vereda de enfrente, en tanto, la izquierda del Frente Amplio del presidente Gabriel Boric y el Partido Comunista han sobrepasado a la centroizquierda o izquierda moderada, agrupada en el Socialismo Democrático, que integra el Partido Socialista. Es una nueva configuración del sistema político que deberá administrar el nuevo ciclo que se abre en Chile, a 35 años del retorno a la democracia.
El pacto Cambio por Chile, que lideran los republicanos —junto a los libertarios de Kaiser y el Partido Social Cristiano— ha pasado de 15 a 42 diputados, de acuerdo a resultados preliminares. Junto a la derecha tradicional, que bajó a 34, se quedan con 76 parlamentarios de un hemiciclo de 155. No llegan a ser mayoría porque la lista del populista Franco Parisi —aunque opositor a Boric, se declara “ni fascista ni comunista”— alcanzó sorpresivamente 14 escaños.
En la Cámara Alta, en tanto, el pacto de Kast sube de uno a siete senadores. Junto a la derecha tradicional, que llega a los 18, alcanzarán 25 senadores de 50. En el Senado, por lo tanto, la derecha opositora a Boric ha perdido la actual mayoría que gozaba.
De ganar Kast en la segunda vuelta del 14 de diciembre, como resulta probable, el ultraconservador tendrá un Parlamento dividido. Es usual que suceda y parte de las complejidades de llegar al Poder Ejecutivo: la última vez que un presidente chileno tuvo mayorías en ambas cámaras fue en el primer Gobierno de Michelle Bachelet, en 2006, aunque la perdió a lo largo de su período de cuatro años. Es algo común en la política chilena: los congresistas son elegidos por determinados partidos, pero con el paso del tiempo toman un camino propio. Se les llama díscolos.
El pacto oficialista Unidad por Chile, en tanto, que integra el Partido Socialista, el Frente Amplio y el Partido Comunista, entre otras fuerzas políticas de centroizquierda y de izquierda, ha bajado de 72 a 61 diputados, perdiendo 11 escaños. Los verdes, regionalistas y humanistas —que aunque eran parte del oficialismo decidieron competir en solitario, lo que Boric castigó sacándolos del Gabinete—, consiguieron tres diputados. Los dos pactos de izquierda, por lo tanto, llegan a 64 escaños de los 155. Están lejos de una mayoría. Tanto ellos como la derecha deberán en la Cámara Baja negociar con Parisi.





























