La crisis de Unasur
Llamó la atención esta semana el anuncio de seis naciones de que ya no participarían de las reuniones de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), debido a que este organismo internacional no está cumpliendo funciones, no hay acuerdos para el funcionamiento pleno y designación de cargos importantes (como el secretario general) y porque el dinero que cada país pone para su funcionamiento va sólo a gastos administrativos.
Aunque dos de los seis países han aclarado que la decisión de no participar en Unasur no tiene nada que ver con la reciente posesión de Bolivia en la presidencia pro témpore, llama profundamente la atención que los países que ponen en jaque al organismo sean los mismos que han sido objeto en varias ocasiones de ataques de parte del presidente boliviano.
Es sabido que en la diplomacia valen más los silencios que las palabras dichas y, como concuerdan varios analistas políticos, la crisis tiene un profundo trasfondo ideológico y de correlación de fuerzas. No es casualidad que fuera Venezuela la primera nación que salió a respaldar la gestión de Bolivia en la presidencia pro témpore, y que sea también Chile la primera en hacer pública su posición respecto al bloque suramericano.
El discurso a veces belicista y los insultos en diplomacia internacional tienen consecuencias, y en el caso boliviano mucho más debido a sus alianzas con países que están cuestionados en la región por su polémico manejo de la democracia.
El autor es editor de País
Columnas de NELSON PEREDO