Un país de muchas contradicciones
Bolivia como ningún otro país tiene una cultura y tradición que caracteriza a cada departamento a través de la música, el idioma, la región, el turismo y otros elementos que le otorga una identidad, diferente y complementaria a la vez. Podemos hablar de collas, chapacos, cambas, matacos, guaraníes, tenemos presencia de afro bolivianos, incorporados en la Constitución Política del Estado, un avance a la hora de hablar de inclusión.
En esa diversidad cultural y étnica, un hecho que merece análisis es el comportamiento verbal de las autoridades de Gobierno, de sus dirigentes sindicales y políticos que nos dan la razón, para señalar que somos un país de muchas contradicciones, por la declaraciones que hacen unos y otros y que frecuentemente aparecen sus intérpretes para asumir su defensa señalando “no quiso decir eso”, “le han comprendido mal”, “los medios de comunicación son los culpables porque quieren dañar su imagen”, argumentos que en vez de justificar, crean malestar en la ciudadanía, que ya ni creen en lo que dicen.
Un ejemplo de esta afirmación está relacionado con Leonardo Loza, cuando en Chimoré ofreció “cholitas misses” al viceministro de Minería Navarro, —que por la emoción no dijo nada— (sic), pero después apareció en los medios para justificar esa actitud y culpar a los medios de comunicación, por dañar la supuesta imagen del dirigente cocalero, en una actitud de perjuicio vertido por la oposición que manifestó su repudio, por declaraciones de esta naturaleza a las que nos tiene acostumbrados el señor Loza.
Para ponerle más emoción apareció Félix Cárdenas, viceministro de descolonización para decir que se trataba de la Anata y que en el Carnaval todo está permitido, porque la Anata corresponde al mundo andino aimara y, que yo sepamos nosotros, el trópico —el Chapare de Cochabamba— no tiene nada que ver con el mundo andino, porque el Chapare es una mezcla de migrantes de todo el país, que terminaron viviendo en diferentes lugares del Trópico donde asimilan una cultura diferente al lugar de origen de donde proceden en su mayoría.
Las autoridades y sus dirigentes políticos, declaran incoherencias para llamar la atención y distraer de otros hechos más importantes que ocurren en el país en el que están implicados sus militantes. Buscan distraer la atención con declaraciones incoherentes que desvían el interés por temas que la ciudadanía entiende que se transgreden las normas. Precisamente, las declaraciones de Loza, surgen cuando se generan problemas entre Umopar y cocaleros que impiden la intervención policial, para interceptar un avión en una pista clandestina que supuestamente transportaba droga.
Esta actitud no es de ahora, constituye una estrategia de comunicación para desinformar y distorsionar sobre la información gubernamental con declaraciones que son puntos de vista que se expresan tan alegremente, logrando en la ciudadanía un efecto contrario, que da lugar a la crítica, al comentario que se expresa en los medios de comunicación, provocando reacciones de toda naturaleza, más en las redes sociales, que convendría que sus asesores hagan leer al presidente y vicepresidente, para que sepan que su imagen baja visiblemente y se ven perjudicados todo el tiempo, porque les cuesta asumir la autocrítica.
El proceso de cambio en 13 años de Gobierno que había planteado reformas interesantes como la inclusión, defensa de la madre tierra, defensa del medio ambiente y la ecología, seguridad alimentaria entre otros, ahora da un retroceso en esas políticas que podrían haberle dado una cierta confianza para que siga gobernando el país. Pena que tengamos que vivir en un país de contradicciones porque así lo quieren nuestras autoridades.
El autor es periodista y docente universitario
Columnas de CONSTANTINO ROJAS BURGOS