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¿Cuántas letras R forman parte de tu vida? ¿Cuántas letras R han sido reconocidas por ti y cuántas forman parte de tu quehacer? No es R de rapidez, ni R de rígido, es una letra que puede cambiar tu vida.
Te doy una buena noticia y una pista de la letra R. Gracias a una empresa de bebidas refrescantes, una tonelada de plástico ha sido recolectada y ha recobrado vida útil, transformándose otra vez en botellas. ¿Ya sabes a qué me refiero? Es la R de reciclar, reducir, reusar, recuperar, repensar, rediseñar y hasta rechazar muchas cosas negativas.
Este 17 de mayo es el Día Mundial del Reciclaje, instituido por la Unesco desde 2005, para introducir estos conceptos en la vida cotidiana y en los hábitos de consumo de una sociedad fuertemente asediada por la obsolescencia programada y la cultura del comprar y tirar. Lastimosamente, las cifras no nos acompañan. Cochabamba y, en general, Bolivia tienen los más altos índices de contaminación, que van acompañados de un obsoleto parque automotor y una mala gestión de la basura. El botadero de Kara Kara, más allá de ser la “vieja confiable” de los azulinos “autoproclamados” para poner a Cochabamba en jaque, es un buen ejemplo de las malas políticas de tratamiento de residuos que tenemos.
Pero hablemos de los ejemplos. Este domingo pasé por la Expo Star Wars y me encontré con Marcelo Martínez, de 13 años, estudiante del colegio María Auxiliadora. Se fabricó un traje de Storm Trooper a partir de cartón y diferentes envases. Le tomó cinco meses y el resultado es fabuloso. Es precisamente el espíritu del reciclar y reusar. Lo que para todos es “basura”, él le encontró un nuevo uso y lo transformó en un tesoro.
Muy bien por todas las empresas que están optando por envases biodegradables y compostables, por todos los emprendimientos que bonifican a sus consumidores por retornar envases de vidrio o por comprar a granel. De hecho, se está empezando a popularizar el concepto zero waste en algunas ciudades de Bolivia como La Paz, donde puedes ir a una tienda a comprar directamente con tu propio envase (arroz, fideos, dulces), para prescindir de las bolsas. Es momento de llevar este concepto al mainstream, al gran mercado donde las marcas puedan hacer la diferencia, en esta área. Y no sólo como un tema de moda, donde se pone la palabra “eco” a cualquier cosa porque sí, sino con un trasfondo real, de impacto, que genere cambio y trascienda en la huella de carbono de la sociedad. Lastimosamente, hay una corriente de greenwashing que está confundiendo el tema medio ambiente con acciones que se quedan sólo en la forma (una hoja verde, “eco” en cada palabra) y no en el fondo.
Pregúntate. ¿Cuántas veces a la semana usas el auto sin tener acompañantes? ¿Cuánta agua usas en cada ducha? ¿Qué haces con los plásticos/vidrio/ papel/cartón que ya no usas? ¿Con la ropa que ya no usas? ¿Cuántos pedidos por delivery haces para que te lleven (en moto) a tu casa?
Reciclar, reusar y reducir es el principio para repensar un estilo de vida, rechazar las malas prácticas del mercado, rehacer una ciudad y una sociedad que, curiosamente, cada día del peatón, donde se “protege al medio ambiente”, genera mucho más basura que otros días. A eso me refiero.
Columnas de MÓNICA BRIANÇON MESSINGER