Nueva malla curricular, mismos inconvenientes
La gestión escolar en Bolivia se inició el primer día de febrero. Se retorna a las aulas, en medio de un ambiente de conflicto y marchas en rechazo de la nueva malla curricular establecida por el Ministerio de Educación. Como en otras ocasiones, los encargados de ejecutar un plan rodeado de improvisación serán los miles de maestros del ámbito rural y urbano; que lejos de haber sido parte de una capacitación acorde a la nueva currícula, se vieron excluidos de esta nueva estructuración de la enseñanza que se llevará a cabo durante este año.
Pero ¿estamos preparados para la implementación de una nueva malla curricular? Para responder esta pregunta, habría que conocer los resultados obtenidos con la anterior malla curricular, de los que se habla muy poco. Posiblemente, antes de brincar hacia los nuevos contenidos que se proponen habría que considerar, las carencias del sistema educativo boliviano —así como de muchos hogares bolivianos— y que fueron evidenciadas durante la contingencia sanitaria ocasionada por la Covid-19 en 2020, la improvisación y la falta de recursos (económicos, tecnológicos, entre otros) repercutieron directamente en los miles de menores que recibían educación inicial y secundaria.
En esta ocasión, una vez más sin un estudio, análisis crítico o evaluación de los resultados de la enseñanza impartida en anteriores gestiones, se pretende implementar una nueva currícula, que atraviesa por inconvenientes por los que ya conocemos como por ejemplo; escasos recursos dirigidos a la educación para ejecutar la nueva currícula (comparado con recursos destinados a otros ministerios y sus reparticiones), la no-capacitación oportuna de miles de maestras y maestros en nuevos contenidos, la negativa del diálogo sobre la posibilidad de incrementar la carga horaria para evitar reducir el tiempo que se le dedica a materias troncales, entre otras dificultades.
Lo cierto, es que los niños y niñas bolivianas, así como miles de jóvenes y señoritas deben someterse cada cierto tiempo a convertirse en una especie de experimento del sistema educativo, ¿será ello parte del derecho a la educación? Habría que considerar que sin diálogo previo y análisis entre cada una de las partes involucradas en el proceso de enseñanza/aprendizaje —que además evitaría/reduciría marchas y conflictos innecesarios— se pierde la noción de la educación como una garantía para el desarrollo humano, cuya calidad depende directamente del Estado y de todos los involucrados.
*Dedicado a los estudiantes y exestudiantes del “Dora Schmidt-A”.