Fin del año escolar
En cinco días más, el viernes 8 de diciembre, concluye el año escolar 2023, una gestión marcada por la resistencia a la aplicación de las modificaciones de la currícula y, como las anteriores, también por la improvisación
Asimismo, este año, 168.766 estudiantes recibirán sus diplomas de bachiller y emprenderán —lo mismo que sus compañeros que los precedieron— un nuevo periodo de sus vidas con las mismas condiciones de deficiente formación educativa.
Anunciada poco antes del inicio de la presente gestión, la inclusión de nuevos contenidos a enseñarse en escuelas y colegios tuvo, de inicio, el rechazo de padres de familia, las Iglesias católica y protestantes y los maestros.
Esa resistencia a los cambios curriculares resultaba, por una parte, del cuestionamiento acerca de la conveniencia de las clases de educación sexual integral, manifestada por sectores conservadores cuyas motivaciones carecían de argumentos razonables.
El creciente número de contagios de infecciones de transmisión sexual entre jóvenes, y el de adolescentes embarazadas, evidencia la necesidad de hablar de sexualidad en las aulas, tanto más cuanto ese tema es mayoritariamente un tabú en los hogares, como lo constatan estudios de entidades privadas.
La oposición de los maestros a aplicar la currícula adicional estuvo fundamentada en la improvisación de la pretendida implementación de esos cambios y la carencia de suficientes profesores.
Para enseñar asignaturas como robótica, inglés y ajedrez, por ejemplo, los profesores comenzaron a ser capacitados poco antes del inicio de las clases. Peor aún, en muchos casos, la enseñanza de robótica fue encargada a las maestras de labores.
La iniciativa del Ministerio de Educación para ampliar los contenidos educativos tenía un inconveniente mayor en las condiciones que pretendía aplicarla.
Como lo explica el presidente de la Asociación de Colegios Particulares de Bolivia, en los establecimientos privados existe la posibilidad de contar con educadores especializados “incluso ingenieros”, en el caso de robótica, pero en las unidades educativas fiscales, las condiciones son distintas, pues “los papás se ven obligados a contratar profesores de computación, por ejemplo, y pagar con sus recursos”.
Finalmente, el Ministerio de Educación flexibilizó la aplicación de las modificaciones a la currícula y lo que aprendieron los escolares y colegiales este año tuvo muy poco, o quizás nada, de innovador respecto de los anteriores.
En dos meses se iniciará un nuevo año escolar, es de esperar que el Ministerio de Educación haya emprendido ya, y con la antelación suficiente, la preparación de la gestión 2024.