¿Qué espera la aeronáutica del Lic. Paz?
La aeronáutica boliviana ingresa a una etapa decisiva. Con el nuevo gobierno del Lic. Rodrigo Paz, tiene la oportunidad y la urgencia.
BoA: una empresa estatal con problemas estructurales
Durante años, Boliviana de Aviación (BoA) fue manejada de manera improvisada y politizada, acumulando reclamos por impuntualidad, deficiencias en el servicio y mal trato al pasajero. Gran parte de estos problemas se originaron en la incorporación de personal por favores políticos, funcionarios considerados “intocables” por el respaldo de ministros, senadores, diputados o figuras influyentes.
En este contexto, los reclamos de los usuarios quedaban sin respuesta.
Durante los nueve meses en los que tuve la oportunidad de cooperar con BoA, pude constatar un ambiente laboral deteriorado, donde muchos empleados actuaban como rivales en lugar de compañeros. Esta situación fue advertida por el actual Gerente General, Cap. Mario Borda, quien, gracias a su formación como piloto y abogado, implementó políticas inmediatas para reducir atrasos, mejorar la atención y comenzar a desmontar la pesada burocracia interna.
Una de las reformas más urgentes es revisar el papel de la Autoridad de Regulación y Fiscalización de Telecomunicaciones y Transportes (ATT). Quienes la dirigieron —y quienes aún la administran— no cuentan con el conocimiento técnico necesario para regular la actividad aeronáutica.
Las consecuencias fueron graves: entre ellas, la salida de American Airlines de Bolivia, un retroceso significativo para la conectividad internacional del país.
Cabe recordar que, según los acuerdos bilaterales firmados por Bolivia —y lo afirmo con propiedad, pues la mayoría lleva mi firma—, cualquier discrepancia operacional debe discutirse directamente entre la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) de Bolivia y su contraparte extranjera. La ATT no figura ni debe figurar en ese proceso técnico.
Asimismo, colocar la cabeza de la aeronáutica bajo un ministerio político fue otro error del anterior gobierno. Si bien dicho ministerio debe ejercer control general, no puede reemplazar el papel técnico, normativo y operativo de la DGAC.
El perfil adecuado para dirigir una aerolínea
Después de 55 años de experiencia en la aviación, sostengo que el Directorio y el Gerente General de una aerolínea debe contar con una formación equilibrada: 30% piloto, 30% abogado, 40% administrador de empresas.
Solo así puede entender los aspectos técnicos del vuelo, las implicaciones jurídicas de los acuerdos y la gestión empresarial necesaria para sostener una operación eficiente y rentable.
La representación internacional de BoA en el exterior es totalmente ignorada.
Otro punto crítico es la situación de BoA en el exterior. En la apertura de nuevas rutas pude constatar que, tras 16 años de operaciones y con más aeronaves que las que tuvieron Lloyd Aéreo Boliviano o AeroSur, BoA nunca desarrolló varias rutas claves que estas compañías sí operaron con éxito.
Más preocupante aún es que varios de los gerentes de BoA designados en el extranjero no son conocidos por las autoridades aeronáuticas de los países donde operan, ni ellos conocen a dichas autoridades. Esto es inaceptable: la representación internacional de una aerolínea es fundamental para negociar horarios, permisos, ampliaciones y acuerdos bilaterales.
La renovación de estos cargos es urgente e inevitable.
Una oportunidad histórica
Si el nuevo gobierno desea reconstruir la aeronáutica nacional, debe:
• devolverle fuerza técnica y autonomía a la DGAC,
• reestructurar o reemplazar a la ATT,
• profesionalizar la gestión de BoA,
• designar gerentes capacitados en el exterior,
• y establecer políticas claras que den seguridad jurídica a la inversión.
Bolivia tuvo, en su momento, una de las aviaciones más respetadas de Sudamérica. Por qué no podemos ser la mejor línea aérea si tenemos los mejores pilotos y técnicos?
Columnas de Constantino Klaric

















