María Galindo debuta como directora en una película que cuestiona la "doble moral" de la sociedad
La película "Revolución puta" es el resultado de 20 años de lucha con las trabajadoras sexuales y pretende abrir el debate respecto a las rupturas que protagonizan las mujeres y cuál el horizonte de ellas en una sociedad "hipócrita y doble moral".
María Galindo de Mujeres Creando es la directora de esta producción cinematográfica, dirigida a mayores de 16 años, será lanzada este miércoles 26, en el Museo de Etnografía y Folklore (Musef), en la ciudad de La Paz.
Es una película fruto de 20 años de "lucha con las trabajadoras sexuales y con diferentes colectivos sobre el trabajo sexual autogestionario, sin patrones ni proxenetas", precia la activista del feminismo.
Aclara que no intenta "hurgar de manera morbosa" en la vida de las trabajadoras sexuales, sino que recupera los saberes, las experiencias de las que se subieron al proyecto para producir esta película.
"Básicamente, se llama Revolución puta porque se pregunta sobre lo siguiente: las mujeres estamos rompiendo mitos patriarcales, estamos rompiendo esquemas, estamos rompiendo tiranías estéticas, estamos rompiendo estructuras violentas, jerarquías. La pregunta es: ¿Todas estas rupturas hacia dónde las vamos a dirigir? ¿Cuál el horizonte para las mujeres?", plantea Galindo en declaraciones a la ANF.
Explicó que la producción será llevada a todas las capitales de departamento y a las provincias. En cada presentación se recuperará el ejercicio del debate, porque la película lanza diferentes cuestionamientos a la sociedad en su conjunto.
"Es una película que cuestiona a una institución de la sociedad que es la doble moral y la hipocresía. Yo reivindico la frase de que todas tenemos caras de puta, porque todas tenemos una trabajadora sexual en nuestra vida, de muchas maneras, incluso a través del hombre con el que estamos relacionadas y que sí consume prostitución", afirmó.
Galindo comenta -a esta agencia- que durante años compartieron verdades importantes que circularon en sus colectivos de manera interna, pero que no salieron a la sociedad, por esa razón les propuso hacer una película a la que se sumaron las trabajadoras sexuales.
Argumenta que el feminismo adquiere sentido cuando las mujeres trabajadoras sexuales, trabajadoras del hogar o las mujeres campesinas son el sujeto, ya que estas poblaciones tienen un estigma que las ubica en el último peldaño de la pirámide social.
María Galindo insiste que la película puede ofrecer un foro magnífico para un ejercicio de debate que no sea polarizador, que no sea sobre los mismos temas, sino otros de la vida cotidiana en una sociedad que consume prostitución.
"Tienes trabajo sexual en todos los barrios de La Paz, no hay una sola zona rosa; hay trabajo sexual en todos los estratos sociales, alto 'standing' e 'hiper proletarizado', asimismo de todas las edades y de todos los orígenes culturales", añade.
Contrariamente, cuando la Policía o los barrios donde se consume prostitución pretenden mostrarse decentes o moralistas "van a atacar a las compañeras (trabajadoras sexuales), ha ocurrido en Oruro, en El Alto".
Sin embargo, en torno al trabajo sexual se genera una economía muy amplia, de comideras, de ropa, de movilidades (taxis o radiomóviles). Todos los sectores que viven de ellas en algún momento quieren mantener cierta relación de repudio y moralismo", añade.
Galindo también pone en el debate que las mujeres tienen menos posibilidades de acceder a fuentes laborales, que muchas trabajadoras sexuales son universitarias, comerciantes, maestras, es decir, que ejercen "múltiples oficios".
"Es muy importante decir que los trabajos para las mujeres son muy mal pagados, superexplotados, pero para una mujer madre no hay, incluso para mujeres que tienen formación".
Una película de bajos costos
Informó que es una producción cinematográfica interesante por los cuestionamientos y la estética que plantea para el debate. Pero, además, es un cine popular de acceso para la gente.
"La idea es hacer un cine totalmente económico que en las provincias tendrá un costo de 5 bolivianos y en las capitales de departamento 10 bolivianos, un precio módico y la recaudación va a los colectivos de las trabajadoras sexuales".
En La Paz se presentará el 26, 27 y 28 de julio. Las entradas pueden ser adquiridas en la Casa de los Deseos y la gente que no puede ir a comprar puede hacer su pedido llamando al número de celular 61199884.