La infausta noticia del fallecimiento del gran Pelé, a los 82 años víctima de un cáncer, conmovió las fibras más íntimas de los amantes del fútbol mundial, no sólo por su don de gente sino por la maestría en el manejo del balón, sus gambetas, sus saltos atléticos para cabecear… en fin, un dotado para jugar al fútbol.