CARTUCHOS DE HARINA
Por nuestra tormentosa historia, nuestros abuelos repetían que “en todas partes se cuecen habas (un refrán castellano clásico), pero en Bolivia solo se cuecen habas”. De una manera resignada y, a la vez, pícara y campesina, transmitían así que en todo el globo se presentan líos políticos intrincados y extravagancias en la vida pública, pero solo en Bolivia son la regla, o eso creemos.
¿Cuán vinculado estuvo Víctor Paz con el golpe de Estado de Alberto Natusch Busch en noviembre de 1979? Gracias a los cables norteamericanos de ese tiempo, podemos descubrir un ángulo de la verdad: Paz estaba a favor del golpe hasta que sondeó a los americanos en Washington DC y luego concurrió a un almuerzo para el secretario de Estado Cyrus Vance, el 23 de octubre. La falta de sustento para una asonada militar le quedó clara a Paz, y reculó.
Yo sé que un día todo lo volveré a ver, dice el poeta. Ese día, regresará Rita del Solar, la ya-no-ya de la exquisitez, con sus conocimientos venidos de quién sabe qué baúl, blandiendo el dedo índice y sentenciando: “los espárragos se comen con la mano”. Y llamará exultante a sus amigos para decirles que, en una serie, los príncipes de Gales efectivamente los comían sin cubiertos. Para ella, eso solo podía significar que la serie estaba bien hecha.
Ingenuamente, iba a sugerirle a Evo que, al llegar a La Paz, reserve unos minutos para comprarse el Manual de vida de Epícteto. Está disponible en una librería del centro, en edición de bolsillo. Puede leerse de un tirón, echado en la vagoneta blanca desde la que Evo, de rato en rato, acompaña la marcha, según reportes creíbles de sus detractores.
Eduardo Pérez Iribarne (EPI) fue un sacerdote boliviano. Imbuido de la inculturación jesuítica, buscó parecerse —además de entender— a la sociedad en la que eligió vivir y morir. Por ejemplo, él se forzó a abandonar el acento español. En uno de sus colmos, a veces usaba una “erre” artificial, pero por lo demás adoptó el habla paceña de clase media. A la vez, le gustaba ejercitarse en frases de la gente, como la de “habló ‘para mí’”. La oyó en el oriente para expresar que alguien te está sacando el cuero.
Mazarine Pingeot Miterrand es la hija extramatrimonial del expresidente francés Francois Miterrand. Mazarine fue reconocida por su padre en 1984. Su existencia fue revelada en 1994 por unas fotos convenientemente filtradas por Miterrand, sólo cuando el cáncer que lo aquejaba le hizo prever sus exequias. La nena tenía ya veinte años.
A diferencia de los precandidatos del MAS y de la conveniente ambigüedad ideológica de Manfred (¿nacionalista?, ¿de derecha?), en la oposición abundan opciones que pueden reputarse liberales. Están desde los social-liberales hasta los libertarios. Los primeros apuntan que los segundos son conservadores embozados. Por su parte, los frenéticos libertarios acusan a sus moderados parientes de no ser liberales, sino “socialistas” o “keynesianos”. Difícil ser mediador en esa pelotera.
En enero de 2001, el Tribunal Constitucional cerró la puerta a una asamblea constituyente, porque no estaba prevista en la Constitución. Era cierto, pero de paso complacía a los barones de la política. Poco después, la constituyente fue incluida en la anterior Constitución por una reforma adoptada por la presión popular.
El exembajador en Bolivia David Greenlee dio en 2007 una entrevista a un proyecto de historia oral de la diplomacia norteamericana. Allí remarcó que los bolivianos “no piensan geopolíticamente, aunque sus vecinos sí lo hacen.” Pues bien, tengo otra prueba que lo corrobora. Nuestros vecinos nos estudian con rigor, nosotros a ellos no.