Fin de un año crítico
Terminó 2023, un año que recordaremos como el inicio de algunas crisis, el agravamiento de otras que estamos viviendo desde antes y la consolidación de incertidumbres que muy probablemente se prolongarán durante los 12 meses del 2024 que se anuncia agitado, especialmente en el plano político.
La escasez de dólares y la de gasolina y diésel fueron, son, las evidencias de dificultades económicas que parecen haber llegado para quedarse por buen tiempo, a pesar de las proclamas oficiales acerca de las bajas (comparadas con las de otros países) tasas de inflación y desocupación.
La sobreabundancia de productos alimenticios argentinos en los mercados y en lugares inusuales donde se instalan los comerciantes de manera temporal alivió, de cierta manera, el alza de los precios de artículos de primera necesidad que los datos oficiales parecen ignorar.
Ese alivio para los consumidores tiene como contraparte la asfixia que sufren las industrias nacionales por el contrabando, una actividad ilegal que en 2023 creció a un ritmo que duplica al de la economía del país.
Y si de ilegalidades se trata, este año que termina estuvo marcado por el incremento de los casos de avasallamiento de tierras, la violencia que los acompaña y la impunidad de la que gozan sus perpetradores.
Lo mismo ocurre con la minería ilegal, especialmente la aurífera, que, a pesar de una acción del Gobierno, más espectacular que eficiente, crece sin cesar, impulsada por el incremento casi constante del precio del oro y, desde hace unos meses, por la conversión del BCB en entidad exportadora de ese metal precioso.
Un metal cuya explotación envenena con mercurio los ríos de las tierras bajas y a la gente que habita sus riberas.
Avasalladores y mineros auríferos, gozan de una invulnerabilidad judicial que es una de las aristas más visibles del deteriorado sistema de justicia de nuestro país, corroído por la corrupción y contaminado por la política.
Y en ese aspecto, el político, 2023 habrá sido el año de la fractura, ¿irremediable?, del Movimiento al Socialismo que al dividirse por la pugna de la candidatura presidencial para 2025 dejó al Gobierno sin mayoría que sustente sus iniciativas en la Asamblea Legislativa.
Esa pugna en el partido oficialista seguramente se intensificará, y diversificará en otros escenarios, como resultado de la última decisión del Tribunal Constitucional Plurinacional que aniquila las pretensiones de Evo Morales a postular a la presidencia del Estado.
Este incompleto balance de lo que nos deja 2023 anuncia lo que nos espera en 2024, el nuevo año que comenzó y cuyas sombrías perspectivas ojalá sean vencidas por la esperanza en días mejores y nuestra voluntad para lograrlos.