Increíble
Fue increíble la facilidad con la que se introdujo “constitucionalmente” la gigantesca estupidez de las elecciones judiciales.
Fue increíble la reacción ciudadana que en las ánforas electorales rechazó este engaño “constitucional” habiendo superado de manera aplastante los votos nulos y blancos a los conseguidos por los impreparados y desconocidos candidatos a magistrados.
Fue increíble que estos ignaros perdedores, contrariando la voluntad popular, terminaran ungidos como supremos administradores de justicia.
Fue increíble que los ilegítimos magistrados por haber destruido los débiles pilares de la administración judicial hayan sido premiados con una serie de canonjías, con embajadas y consulados.
Es increíble que los opositores, a pesar de haber rechazado constantemente a las malhadadas elecciones judiciales hoy se jalen los cabellos pidiendo que se realicen tan funestos comicios en vez de haber pugnado por una reforma constitucional que suprimiera tales desventuradas elecciones, no obstante haber tenido más de 14 años para ello.
Es increíble que los tribunos rechazados por el voto ciudadano tengan hoy el atrevimiento de autoprorrogarse en sus funciones destruyendo la institucionalidad democrática y, consumado este acto delictivo, se presenten ante la prensa sonriendo de oreja a oreja en incomparable muestra de cinismo y servilismo político.
Es increíble que tan repugnante autoprórroga, repudiada unánimemente por la población, hoy esté siendo negociada tras bambalinas en ámbitos de la Asamblea Legislativa cuando no es más que el efecto de la disputa interna del masismo, resultando como única víctima el pueblo boliviano que nada tiene que ver con tal reyerta masista.
Es increíble que esté roto el orden constitucional con el quebrantamiento de la independencia de los órganos del Estado y la égida total del Ejecutivo a través del Órgano Judicial.
Es increíble que existan individuos que no se compadezcan de esta destrucción institucional y estén agazapados en la “oposición” buscando sacar partido de esta calamidad esperando y activando disimuladamente su turno para brincar a la magistratura judicial como cuota de algún partido político. No pierden la esperanza del retorno al “cuoteo” partidario, ya sea por plancha o por la fórmula de esta magistratura es para mí, esta consejería para ti, esta otra magistratura para aquél y así sucesivamente.
Es increíble que ante tanta desinstitucionalización sea vano realizar consideraciones serias de orden jurídico siendo esta crisis judicial esencialmente política, perteneciente al juego del poder.
Es increíble que, con el florecimiento de la ignorancia apoltronada en el poder real, cualquier iletrado pontifique sobre la “Constitución” y la tenga hasta en la ensalada de su almuerzo. Así todos son “constitucionalistas” y en sus espantosas declaraciones públicas dan lecciones de derecho que horrorizan.
Es increíble la forma en la que estamos viviendo, el país está siendo destrozado.
Columnas de GONZALO PEÑARANDA TAIDA