¿La revolución del big data?
"A unos trescientos o cuatrocientos metros de la Pirámide me incliné, tomé un puñado de arena, lo dejé caer silenciosamente un poco más lejos y dije en voz baja: Estoy modificando el Sahara…" (fragmento de El Desierto de Borges)
La minería de datos debe parecerse mucho a este desierto y al gozo de sentir su modificación escurriendo arena. En nuestros "clicks" creamos granos, con ellos desiertos y con ellos una nueva forma de vida: buzos de arena. Éstos se sumergen con sus algoritmos y buscan entre las montañas del Sahara relaciones imposibles pero verdaderas. Las venden a quienes nos venden baratijas, presidentes y filantropía para ballenas en extinción que nunca hemos visto. Modifican el Sahara.
Hay en esta relación la imagen del que con poco modifica lo grande, del que vive y triunfa de lo que produce otro. Si algo está acelerando el "big data" es nuestra incapacidad de consumo masivo de información. Por ello los buzos triunfan sobre nuestra ineptitud. Esta distorsión ha llegado, por ejemplo, a los que producían información por excelencia en el pasado: los medios de comunicación. Éstos se inclinan cada vez más a producir videos de un minuto que resumen conflictos de años. De otro modo no se consumirían noticias, no hay tiempo para los largometrajes, hay que darle click a las ballenas nórdicas.
Trivago, patrón de los buzos por ejemplo, triunfa porque mastica la información antes de pasárnosla como un pato con sus polluelos. Nosotros decidimos y engullimos. Los brokers de información, quienes procesan, mastican y envuelven los datos antes de entregárnoslos, son la encarnación del dios y el diablo juntos, nos hacen perezosos pero nos facilitan la vida. Encarnan, creo, la profesión del siglo.
Otro efecto curioso del "datismo", dice George Gray Molina, es que ha multiplicado nuestras decisiones éticas cotidianas: "¿le pongo corazón o solo like a la foto de perfil de mi amiga?", "¿comparto o no la represión del gobierno a los indígenas?", "¿le digo amiga bella a mi amiga fea porque la mayoría lo hace?". Esta multiplicación trae consigo una conexión de ética global sobre ciertos temas. Esa es la construcción más grande del internet. La constitución de éticas globales sobre ciertas cosas.
Mi papá me contaba que cuando recibía un telegrama se sabía que un familiar habría muerto. El medio significaba el mensaje: telegrama = muerte. Al exceso de la información no le interesa el canal, puedes recibir la noticia de la muerte de tu abuela y una oferta de trabajo por el mismo medio y con diferencia de segundos. Según Levitin dislocar el mensaje del medio nos ha vuelto adictos al celular, no sabemos que vendrá con cada notificación y es mejor es ver de qué se trata.
¿Es realmente el "big data" la gasolina de la próxima revolución, de la cuarta?. Espero que si y espero que no.
* El autor es investigador y analista de datos