Aves embellecen lagunas; Alalay y Coña Coña están secas y sin limpieza por la pandemia
La elegancia de los flamencos, el puro plumaje de las gaviotas y el misterio de los ennegrecidos ibis contrastan con el paisaje seco de las lagunas urbanas, que se han visto más descuidadas durante la pandemia ante las dificultades para desplazar trabajadores para su limpieza.
Las lagunas Alalay, Coña Coña y Quenamari registran bajos niveles de agua y la proliferación de macrófitas.
Por la pandemia el personal no podía estar reunido y eso ha provocado que “la limpieza se suspenda” por unos tres meses, durante la cuarentena rígida, informó el director de Medio Ambiente de la Alcaldía, Elvis Gutiérrez.
Sin embargo, dijo que desde hace un mes implementando las medidas de bioseguridad el personal del Plane está trabajando en la limpieza de Alalay. Los trabajos en Coña Coña se retomarán esta semana, añadió.
En los alrededores de Coña Coña hay algunos desechos y las macrófitas de Jacinto “son el gran problema que tiene, porque son bastantes pesadas y retirarlas y hacer un control es complicado”, dijo José Revollo, técnico de la Alcaldía.
Pese a ello “es una mini laguna con una diversidad bastante alta, pero, como casi todas las lagunas, está contaminada”, señaló el biólogo y ornitólogo José Balderrama.
La laguna Alalay presenta un nivel de agua bajo por la falta de lluvias y en una parte está cubierta por macrófitas, algas muy pequeñas de característica verduzca, acotó Revollo.
Además, las sales disueltas del agua se van concentrando hasta el siguiente periodo de lluvias.
Quenamari, al sur de la ciudad, continúa sin atención ni limpieza, con poca agua que está cubierta por algas rojizas y verdosas. Gutiérrez mencionó que los problemas sociales y la falta de recursos impiden atenderla.
El ambientalista Rodrigo Meruvia lamentó que aún se arrastre el problema de asentamientos en Quenamari, que podrían traer consecuencias.
En Coña Coña “no hay ningún proyecto que vaya a trabajarse de manera integral y en la Alalay, si bien se hace un trabajo, no se ha implementado el plan integral”, acotó.
Gutiérrez prevé conseguir recursos para iniciar el proyecto en Coña Coña y el dragado de Alalay, además, del acueducto de Misicuni.
Pese a la “deficiente” atención en las lagunas es común en invierno ver la llegada de flamencos rosados, mismos que captan la atención de los transeúntes. Unos 80 ejemplares embellecen Alalay y Quenamari.
Balderrama explicó que las aves que viven en lagunas de altura de Potosí y Oruro bajan a los valles para evitar el crudo invierno. El nivel del agua no les afecta y se alimentan de macro invertebrados adaptados al tipo de agua.
“Todo el complejo de lagunas de Cochabamba reciben una cantidad bastante interesante de especies, desafortunadamente, siempre han estado mal manejadas por todos los gobiernos municipales”, expresó.
Se prevé que en diciembre las lluvias realcen aún más el paisaje de las lagunas.