¿Obligatorio servir a los militares?
Hacer el servicio militar en Bolivia es una cuestión de Estado. No importa que seamos un país supuestamente pacifista ni que se le asegure al gobierno de turno, con pruebas, que hay mejores cosas en las que gastar dinero del erario. Nada.
Los militares han sido, y son sin duda, una casta privilegiada en un proceso socialista que en realidad mantiene los mismos defectos colonialistas a los que dice querer exorcizar.
Hace poco el presidente dotó de vehículos 2015 a los principales jefes de los distintos brazos del Ejército; dijo que lo hacía para que estos pudieran ayudar "en el combate contra el cambio climático".
Claro. Seguramente lo harán apagando el aire acondicionado, porque de ahí a hacer algo por tener esos automóviles... Parece que en Bolivia se está convirtiendo en costumbre, cada vez más descarada, el ver al pueblo con cara de mamadera.
Hace poco realicé un reportaje sobre las llamadas "Banderas de Conveniencia" que se alquilan entre diferentes países para navegación en alta mar. De esta forma la bandera boliviana fue encontrada flameando en un buque en aguas turcas que, tras ser requisado, resultó llevando varios kilos de droga.
Pero gracias a los privilegios castrenses, más allá del dinero que se deposita anualmente en el Ministerio de Defensa por este alquiler, dinero que también llega a la Armada, poco se sabe qué se hace y para qué con nuestra bandera y si los culpables de usarla como un trapo (y los culpables de que se permita eso) son castigados.
Un oficial boliviano dijo que este sistema de alquiler es nuestra forma de "sentar presencia" en el mar. Quizá para no sentir que todo esto de La Haya está tomando más tiempo del que estamos acostumbrados a esperar, dado que somos también un país exitista. Hay que tener cara…
Yo no haría el servicio militar. No me gustan ni los uniformes, ni las órdenes. No me interesa jugar a las guerras ni aparentar que mato a ningún rival. Y siguiendo las prácticas bolivianas, menos me interesa degollar perros, estrangular colegas "jugando" o no respetar las leyes solo porque tengo un uniforme. Creo que los uniformes ocultan muchas inseguridades personales, aunque esa es una percepción muy a vuelo de pájaro.
Hace años, cuando supe que Costa Rica había eliminado su ejército y cambiado ese dinero en herramientas para destacar el turismo sostenible e impulsar proyectos ambientales, me dio envidia. ¿No sería estupendo que los jóvenes conscriptos, en lugar de tener un nombre tan de reos, pudieran ser adoctrinados en la importancia de conservar la Tierra sin la necesidad de matar a nadie? ¿Ni de satisfacer la necesidad de mostrar "hombría" ensañándose con seres inocentes?
¿De verdad creemos que recuperaremos el mar por las armas o que podremos defendernos de los ataques del lado oscuro de la fuerza, que tanto esgrime el gobierno, con nuestro ejército? Obviamente que no. Menos mal que América Latina, con todos sus problemas, está todavía lejos de tener una "primavera al estilo árabe". Los latinos no estamos para guerras, y los bolivianos menos.
En un país que se tilda de socialista y revolucionario, cuyo gobierno asegura priorizar las libertades de su población, hacer el servicio militar de forma obligatoria resulta absolutamente incongruente, igual de incongruente que escuchar la arenga de los militares bolivianos, "Patria o Muerte, Venceremos", que es la misma que tenía el Che Guevara, muerto justamente por militares bolivianos.
La autora es periodista.
www.monioblitas.wordpress.com, @monicaoblitas
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