Narcolaberintos
La crisis de confianza en la justicia y la Policía bolivianas se hacen más evidentes en coyunturas como la actual: no hay manera de que el narcotráfico encuentre un merecido castigo.
Son tales los vínculos que teje el narcotráfico que, sobre todo en países como el nuestro, con una Policía desacreditada y una justicia sometida, terminan penetrando ambas instituciones.
Maximiliano Dávila, detenido recientemente, fue jefe de Inteligencia y de la Felcn durante el gobierno de Morales. Su caso dio lugar a que se conozca una serie de vínculos con famosos delincuentes y también con políticos, lo que no sorprende. En la percepción ciudadana los políticos están tanto o más desprestigiados que la Policía y la justicia.
El coronel Dávila, investigado por la estadounidense Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) debido a su presunto vínculo con una compleja red de comercialización de cocaína, está ahora en San Pedro, pero, antes de ingresar a la cárcel paceña, denunció que el ministro de Gobierno buscaba incriminar al jefe del MAS, Evo Morales.
De esta manera, se introdujo el elemento político en un caso netamente de seguridad. Hace semanas que se viene hablando de una presunta crisis interna dentro del MAS, a propósito de los cambios que usualmente se producen en los gabinetes ministeriales en esta época del año.
¿Por qué querría ese ministro incriminar a Morales en la compleja trama de narcotráfico en la que está implicado Dávila? Morales, no está de más recordarlo, lidera hace muchos años la Coordinadora de las Seis Federaciones de Cocaleros del Trópico de Cochabamba.
En cuanto al coronel Dávila, mientras en EEUU se lo investiga por narcotráfico, la Fiscalía boliviana lo hace por el delito de legitimación de ganancias ilícitas.
Y con relación a la Policía, es evidente —no solo ahora, sino desde hace buen tiempo— que el narcotráfico tuvo vinculación con autoridades de esa institución, que debería ser ejemplo de rectitud y no caer tan fácilmente en las redes de la droga y de la corrupción.
Solo dos antecedentes: Hace poco se informó de la inminente extradición de Omar Rojas Echeverría, exmayor de la Policía Boliviana quien, junto a Jorge Roca Suárez, alias “Techo de paja”, está acusado de enviar grandes cantidades de droga a EEUU en distintas oportunidades.
Por otra parte, el año pasado un diario brasileño publicó que “Bolivia se convirtió, en los últimos años, en el santuario del Narcosur, el cartel de droga del temible Primer Comando de la Capital (PCC)”. Una de las razones, consideran las autoridades brasileñas, es la protección policial de la que gozan los narcotraficantes
Así, ¿qué confianza puede haber de una investigación correcta de las acciones del coronel encarcelado?