El lado oscuro del SIAT
A partir del 1º de octubre de 2022 el Servicio de Impuestos Nacionales (SIN) ha apostado por la digitalización de sus servicios tributarios a través del Sistema Integrado de la Administración Tributaria (SIAT). Esta plataforma tiene el objetivo de facilitar el cumplimiento de deberes formales de información y, ante todo, la declaración y el pago de impuestos por parte de los contribuyentes. Sin embargo, lo que debería ser un paso firme hacia la modernización se ha convertido en una fuente de frustración, demoras y angustia para miles de ciudadanos y empresas.
Uno de los principales problemas del SIAT son sus frecuentes caídas, especialmente en horarios de alta demanda y en las fechas de vencimiento. Según las propias explicaciones del SIN, estas interrupciones están relacionadas con degradaciones en el servicio de internet, fallas en la infraestructura de almacenamiento, e incluso desperfectos en el hardware. Estas fallas técnicas provocan que los usuarios no puedan ingresar a la plataforma, completar sus declaraciones o realizar pagos a tiempo, lo cual no solo afecta directamente su cumplimiento tributario, sino también la salud física y mental de los profesionales especializados en el cumplimiento impositivo, como ya denunciaron los colegios profesionales de contadores y auditores públicos.
Ante cada caída del SIAT, el SIN suele emitir resoluciones de “prórrogas” justificando la situación, lo que se ha convertido en el “deporte favorito” del principal ejecutivo de ente recaudador. Entre los argumentos más frecuentes están los problemas de enrutamiento con proveedores de servicios de internet (ISP), la necesidad de realizar adecuaciones técnicas por la incorporación de nuevos módulos al sistema, y los imprevistos técnicos derivados del proceso de modernización. Desde la experiencia del usuario, la falta de estabilidad de la plataforma genera incertidumbre, desconfianza y retrasa procesos administrativos, y que, por desgracia, en caso de incumplimiento de deberes, a los contribuyentes se les imponen fuertes multas por razones no atribuibles a ellos, sino a las fallas del SIAT.
Es importante entender que la transformación digital no solo implica automatizar procesos, sino también garantizar que las soluciones tecnológicas sean confiables, intuitivas y estén orientadas al ciudadano. En este sentido, el SIAT aún tiene un largo camino por recorrer. Muchos contribuyentes han solicitado prórrogas y ampliaciones de plazo para cumplir con sus obligaciones, reflejando que no es solo un problema técnico del SIAT, sino también una barrera operativa para el cumplimiento tributario, que esta relacionado con la recaudación y generación de ingresos para la materialización de los fines estatales, y detener este flujo de hecho implica un daño mortal para al Estado, provocado por sus propios servidores y burócratas.
La implementación de nuevos módulos y la integración de servicios del SIAT si no se acompañan de pruebas robustas, soporte técnico eficiente y comunicación clara, el resultado puede ser contraproducente. De hecho, el principal ejecutivo del SIN se ha visto obligado a emitir resoluciones de prórrogas para extender plazos como medida paliativa, pero a las pocas semanas, se vienen encima otros vencimientos que requieren nuevas prórrogas. ¿No es mejor flexibilizar indefinidamente los deberes formales hasta que el SIAT funcione de manera estable y confiable?
Este círculo vicioso no forma parte de la Agenda Digital 2030, aprobada por el Decreto Supremo Nº 5367, que tiene por objeto la transformación digital gubernamental y la modernización de sus sistemas, con una visión centrada en el usuario. Esto, con relación al lado oscuro del SIAT, implica invertir en infraestructura flexible, establecer protocolos de contingencia y, sobre todo, escuchar las necesidades reales de los contribuyentes y los profesionales (contadores y auditores) que les apoyan.
Si bien las explicaciones técnicas pueden justificar parcialmente los problemas, el verdadero desafío del SIN es impedir que estos se conviertan en la norma, como ha estados ocurriendo desde octubre de 2022. Esta transformación digital tortuosa y oscura que implica el SIAT dice mal de los servidores públicos del SIN que han demostrado ineficiencia durante tres años para solucionar los problemas técnicos, pero si han sido muy eficaces a la hora de incrementar el malestar de los contribuyentes bolivianos.
El autor es abogado
Columnas de MARCELO GONZALES YAKSIC