Cinco casos muestran que el narco campea en Bolivia
Hasta agosto, al menos cinco casos de narcotráfico mostraron que este negocio ilícito sigue campeando en Bolivia. La investigación sobre Pedro Montenegro, loss clanes Candia-Castedo(en Beni) y Copa (en El Alto), el caso Paolo Lumia, los policías detenidos con cocaína en Oruro y las narcoavionetas son las investigaciones relevantes que este año han causado revuelo.
El caso Montenegro, difundido por este diario en abril, develó una amplia red de protección que incluía a altos jefes policiales de Santa Cruz, empresarios y autoridades judiciales. El acusado de narco es solicitado por Brasil que lo investiga por tráfico transnacional.
El clan Candia-Castedo, que operaba en Beni, fue desarticulado en mayo tras ser capturado en Paraguay uno de sus pilotos en una avioneta con 302 kilos de cocaína. Este grupo delictivo tenía entre sus filas a una exalta funcionaria de la Gobernación de Beni, exfiscal y exdirigente del MAS en esa región.
La detención el 3 de julio del capo de la mafia siciliana Paolo Lumia, en Cochabamba, mostró una vez más que las mafias internacionales tienen presencia en el país a través de emisarios. El italiano era buscado en su país y era conocido como uno de los “señores de la droga”.
Lumia se ocultó en un departamento de la zona residencial de Cala Cala y pretendía abrir un restaurante. Fue expulsado del país tras el seguimiento de las fuerzas especiales italianas.
A esto se suma el caso de policías detenidos con droga en Oruro, además de la emboscada de narcos ayudados por comunarios en la zona de San Rafael, en Villa Tunari, en marzo, cerca al área protegida del Tipnis.
Para el diputado Tomás Monasterio (UD), uno de los que más casos de narcotráfico denunció, éstos, sumados a otros, son la muestra de que el narco no sólo ha penetrado los organismos del Estado, sino que el mismo Estado ha institucionalizado este delito.
“El Estado es cómplice de este mal, se ha demostrado con las denuncias y pruebas. Existen elementos que vinculan de manera directa a sectores del Gobierno con el narcotráfico”, dijo.
En respuesta, la diputada Brígida Quiroga (MAS), miembro del Comité de Lucha Contra el Narcotráfico de la Cámara de Diputados, aseveró que Bolivia mejoró la lucha antidroga en base a la nacionalización del combate contra este mal, la expulsión de la DEA y la implementación de legislación que respeta los derechos humanos.
La legisladora rechazó que el narcotráfico haya penetrado a los organismos del Estado y aseguró que no hay cárteles en Bolivia.
“Se ha avanzado bastante, con dignidad y soberanía. Los datos de la Unodc (Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito) lo comprueban. Bolivia es un país de tránsito de droga de Perú hacia países vecinos.”, dijo.
Según datos de la Unodc, en Bolivia se registraron 24.500 hectáreas de coca en 2017, un 6 por ciento más que el año anterior. El mayor incremento se reportó en el trópico de Cochabamba, donde los cultivos crecieron 17por ciento, de 7.200 hectáreas en 2016 a 8.400 en 2017. El 94% de la coca del trópico no pasa por mercados legales.
Las últimas semanas también saltó a la luz la relación de un dirigente del club Blooming de Santa Cruz conel narcotráfico. Nelson Mauriel murió acribilladoel pasado 5 de julio por unpresunto ajuste de cuentas.
Asimismo, solo en el mes de julio fuerona gallados sin vida tres “tragones” que llevaban droga a Chile en su organismo.
El ministro de Gobierno, Carlos Romero, en conferencia de prensa el 25 de julio, aseguró que las tareas de lucha contra las drogas se están fortaleciendo con duros golpes a las organizaciones criminales.
Ese día informó que los operativos contra el narco en Beni dieron como resultado el secuestro de 12 aeronaves en los últimos meses.
Entre los golpes más duros contra el narcotráfico se reportó el secuestro de media tonelada de cocaína en una vivienda en Quillacollo; otro operativo en Baures, Beni, con el decomiso de 200 kilos de cocaína, en abril, y la desarticulación del “clan Copa” que operaba en El Alto y movía centenas de kilos de droga entre Perú y Bolivia.
"Se debe a la falta de control administrativo por parte del Estado sobre los ‘mercados primarios’ de venta de coca, se puede evitar haciendo un control a estos mercados”.
Luis Choque
Abogado
"Más del 95% de la coca del Chapare no es para el tradicional acullico, sino para el narcotráfico. Cómplices muchos, la actual administración, los cocaleros y otros”.
Antonio Eid
Estudiante
Ocho cárteles de droga enviaron emisarios a Bolivia
REDACCIÓN CENTRAL
Los Tiempos
En los últimos 15 años, se tiene el registro de que al menos ocho organizaciones transnacionales de tráfico de droga enviaron emisarios a Bolivia para el negocio de cocaína. Se trata de los cárteles mexicanos de Sinaloa, la Nueva Generación de Jalisco; de los colombianos de Medellín, Norte del Valle; de los brasileños Primer Comando de la Capital (PCC) y Comando Vermelho (CV), y de los italianos Ngrandgueta y la mafia siciliana.
Estas agrupaciones son de las más sanguinarias y dominan gran parte del comercio mundial de drogas, armas y negocios ilícitos.
Sobre los cárteles de México, se conocen datos de la posible presencia del cártel de Sinaloa, cuyo líder era el temible Joaquín Guzmán Loera, alias “Chapo” - hoy en la cárcel-. En 2011, Jesús Guzmán, hijo del Chapo, viajó a Santa Cruz para tomar cursos de pilotaje de aviones y contactar a traficantes de droga locales.
En diciembre de 2017, Brasil dio a conocer que fue capturado en su territorio José González Valencia, uno de los tres líderes del cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que fue hallado en posesión de un documento boliviano en un complejo turístico en Fortaleza.
De los cárteles brasileños, uno de los ilícitos fue el asalto liderado por el brasileño Mario Tardelli, del PCC, a un blindado de la empresa Brinks en marzo de 2017, que llevaba más de 700 mil dólares.
En cuanto a los italianos, se sabe de la presencia del capo de la mafia siciliana Paulo Lumia en Cochabamba, el pasado 3 de julio, y de Alessandro Maria Maesano, en 2012, miembro de la Ndrangheta de la región de Calabria.
ANÁLISIS
El narco está enraizado en algunas regiones
Patricia Chulver
Fundación Acción Semilla
La problemática de las drogas es compleja. No sé si este año hay más casos o es que se han visibilizado. El narco está hace décadas en el país y es algo que no ha bajado. Desde los 80 y 90 se ha encubierto al narco desde diversas zonas, desde el Gobierno y desde afuera por ejemplo la CIA en los 80.
Bolivia es ahora la región con menor área de cultivo, no sé si han aumentando los casos o se están visibilizando por la época electoral.
Los datos de monitoreo de la Unodc nos darán luces para ver si ha aumentado. Porque otra cosa es la percepción pública. Hay que ver en qué grado aumentó la droga, los datos de la interdicción y la efectividad.
Los casos de este año son significativos y llamativos. El caso Montenegro, por ejemplo. De alguna manera veo un accionar más pronto del Ministerio de Gobierno y de las tareas de monitoreo junto a otros países como Brasil. Hay iniciativas importantes, pero no es fácil desmantelar al narco porque está enraizado en algunas regiones. Hay que trabajar en la Policía y otras instituciones.