Hace poco más de dos décadas, Enrique Canelas Tardío, uno de los propietarios de Hacienda Angostura, iniciaba en Cochabamba una cruzada visionaria con miras a cultivar forraje hidropónico en un vivero (FVH) experimental para obtener alimento “en bandejas”, los 12 meses de año, para sus vacas lecheras.