La “joya” de Cochabamba, Santa Teresa, muestra todo su esplendor
El Convento y Museo de Santa Teresa, considerada la “joya” de Cochabamba, muestra su esplendor, luego de la restauración arquitectónica más importante de Cochabamba. Las puertas se abrirán al público luego de la inauguración, el próximo martes.
El convento fue uno de los primeros monasterios en construirse en Cochabamba. Su edificación data de 1760 y tenía por objetivo albergar a las religiosas de la orden de las Carmelitas Descalzas, que viven en claustro.
Ante su importancia religiosa y arquitectónica, la Embajada de Estados Unidos decidió invertir más de un millón de dólares para llevar a cabo la restauración al mando de tres arquitectos cochabambinos y más de 60 obreros.
El trabajo se realizó en tres fases. Una fue la restauración de la pintura mural. “No se trata de papel tapiz. Todo está pintado en las paredes y eso lo hicimos pieza por pieza”, manifestó el director de la obra, Mario Moscoso.
Otra etapa fue la consolidación estructural. Se retiró la madera podrida, teja deteriorada, cubierta desecha y demás. Luego, se hizo un trabajo minucioso de reposición.
“Se retiró teja por teja y se limpió cada una a mano. Sólo la cubierta tiene una extensión de 1.500 metros cuadrados”, dijo.
Entonces, fue un trabajo minucioso y se trató de hacerlo como se hacía antes con las tejas musleras (llamadas así, porque se elaboraban en el muslo de la mujer), explicó el supervisor de obra, Simone Rinaldi.
Moscoso señaló que las tejas que colapsaron se tuvieron que reponer de viviendas que se derribaron en Tarata. De igual modo, otros materiales que se tenían en casas patrimoniales en Cochabamba.
Finalmente, la tercera faceta de la restauración fue la revitalización. El objetivo era convertir lo que fue convento en un museo de arte sacro, pero sin quitarle la esencia de una vivienda de hermanas de claustro que utilizaban los ambientes para orar.
“Una vez escuché a las hermanas cantar, mientras esperaba en el patio de manera privilegiada a que acaben su oración, porque yo estaba haciendo una inspección. En ese momento, me di cuenta que lo que se guarda en este convento es mucho más grande que los muros”, contó Moscoso.
Siguió: “Ese fue el reto más grande de esta restauración. Mantener aquello que es intangible. Que quien entre comprenda lo que se vivió en estos muros y lo que esto significó”.
En la actualidad, aún viven ocho monjas de claustro en una parte del convento. El sacerdote responsable de este proceso, Linton Guzmán, resaltó la importancia de recuperar la infraestructura.
“Esto muestra que la Iglesia está viva, porque una parte de esto se hizo con los aportes de los feligreses. Esperamos que alguna de las mujeres que visite este lugar se sienta llamada a la vida religiosa”, dijo Guzmán.
Seguridad
Un aspecto novedoso de esta restauración es la instalación de un sistema de seguridad moderno comprendido por 32 cámaras de alta resolución con reconocimiento facial.
Asimismo, se colocaron sensores de movimiento y alarmas en las instalaciones abiertas al público.
Todo el sistema de seguridad tuvo un costo de 13.000 dólares, explicó ayer el encargado, Fabio Restrepo, en la visita que se realizó para la prensa.
Todos los ambientes. Fueron intervenidos. Sin embargo, aún falta la restauración de los bienes. Restaurar sólo un cuadro puede costar Bs 10.000.
HORARIOS DE VISITAS PARA EL PÚBLICO
La inauguración de la restauración se llevará a cabo el siguiente martes 17. Se presentarán músicos de la escuela norteamericana Jiulliard, se ingresará con invitación.
Para la gente que desee entrar podrá hacerlo desde el miércoles 18. Las visitas serán en grupos de 15 a 20 personas desde las 9:00 hasta las 12:20, de lunes a sábado.
El ingreso tendrá un costo, pero aún no fue definido. Lo recaudado de las entradas será destinado al mantenimiento de la restauración, pues para esta labor no se percibirán recursos externos, explicó el supervisor de obra, Simone Rinaldi.