Cochabamba ¿sorprendente? Sí, pero...
Luego de un arduo trabajo a cargo de un profesional internacional, el emprendimiento interinstitucional para dotar a nuestra ciudad de una Marca Ciudad culminó con la aprobación de esta denominación: “Cochabamba Sorprendente”.
Al conocer tal decisión, que seguramente muy pronto ocupará espacios publicitarios de nuestro medio y se buscará difundirla en el interior y exterior del país, como una forma de implantar una “idea fuerza” en el turista o el empresario que se interese por este rincón del planeta tierra, me vino a la mente qué es lo que habrá de sorprenderles.
Indagando por aquí y por allá, ciertamente el recién llegado se sorprenderá de que a sus habitantes no solamente no les importe el entorno que les cobija, sino que parecen regodearse hostilizándolo y depredándolo, al extremo de haberlo convertido en el segundo más contaminado de Latinoamérica. Pero, el afán agresivo del cochabambino con su entorno y sus semejantes va más allá, pues arrasa áreas verdes, elimina su cobertura forestal, construye y pavimenta sobre las recargas de acuíferos, contamina sus ríos y vertientes, llena de basura sus calles, edifica fuera de norma, no respeta las normas de tránsito, invade con sus mercancías espacios públicos; en fin, es tan larga la lista que pone a dura prueba la capacidad de sorpresa del incauto visitante.
Y, por si el pasmo del forastero no esté colmado, otra fuente de sorpresa es el constatar que las políticas públicas para la región están cada vez más alejadas de las necesidades ciudadanas y de los más básicos incentivos al emprendimiento empresarial privado.
Tal vez, el ejemplo que resume semejante desaguisado sea el triste destino que corrió nuestra antigua Marca Ciudad: “Cochabamba, Ciudad Jardín”. En apenas 20 años y con perverso e irreversible empeño, hemos hecho de este valle un desierto.
Entonces, antes de sorprender de tan desagradable manera a nuestros visitantes, se impone que las mismas instituciones que impulsaron la iniciativa de la Marca Ciudad, pongan en el congelador el lema aprobado y dediquen los esfuerzos y recursos financieros que se pretenden emplear en su difusión, para diseñar y aplicar una inteligente y masiva campaña, para que los estantes y habitantes de Cochabamba aprendan a querer a su tierra y a vivir en comunidad, logrando que los tan mentados y nada aplicados derechos de la madre tierra y los códigos de sana, respetuosa y civilizada convivencia se impongan.
Una vez que los cochabambinos nos sorprendamos positivamente cambiando nuestros malos hábitos ciudadanos, recién podremos esperar que se revierta la imagen negativa que hoy mostramos y que una Marca Ciudad, por más atractiva que sea, no logrará disimular.
El autor es escritor
Columnas de RAÚL RIVERO ADRIÁZOLA