Todos somos… Evo es el MAS
“Todos somos Evo”, “Todos somos Entel”, y los publicistas que los crearon pasan por retardados e idiotas; pero para la simbiosis Evo-MAS es una afirmación válida, Evo es el MAS, y el MAS es Evo. Esta es una afirmación de Perogrullo, lo saben los oficialistas y los opositores, incluso los lobotomizados movimientos sociales; los demócratas conservadores, timoratos que temen su longevidad, sus acólitos lo momifican.
No solamente el MAS, sino también los partidos de oposición hicieron de Evo un ídolo, es comprensible, ninguno es institución bien estructurada que pueda trascender sin atenerse a un individuo específico. Parte de la población boliviana debe admirar a Evo, algunos se postrernan por dádivas o disciplina partidaria o un retroceso a tiempos precoloniales cuando se estaba sometido al imperio del inca: Inclinar la cabeza o seguir como cordero puede ser un uso, o una costumbre; cuando Evo fue posesionado presidente se escenificó un ritual de entronización al modo incaico. Sus seguidores se transforman en súbditos y miran a Evo como un rey, ansían transformar Bolivia en un reinado. Esos son tiempos pretéritos. Si en muchos aspectos Bolivia es como un adolescente con cambios hormonales y acné, como república ha madurado, está a punto de ser secular en plural y ha sobrevivido a toda laya de presidentes. Con la mano derecha sobre el corazón o el puño siniestro levantado se entona: “morir antes que esclavos vivir”. No hay opciones, si bien las CPE en Bolivia son casi descartables, el más prepotente y obcecado individuo que pasó por el “palacio quemado” no tuvo la insana idea de ser rey, el denominativo palacio no les alteró la sesera a tal grado, siempre se consideraron presidentes en palacio. El MAS-Evo tan sólo debe aspirar a llegar a ser un partido político y empezó con el pie izquierdo es un individuo, el resto de sus componentes son nulidad o extras, los mesmerizados recuperan sus sentidos y les abandonan.
Los masistas deben estar conscientes de su destino, es suficiente un guiño a la historia reciente. El MAS sin Evo desaparece sin dejar huella como una pompa de jabón, todos los partidos políticos en Bolivia desaparecieron de la misma manera. El MNR fue la excepción, tuvo estertores.
Se critica a la oposición por estar dividida y no tener líderes; la situación del MAS-Evo es mucho peor porque es un individuo sin descendientes políticos o como muchos reyes que se sienten inmortales los manda a envenenar; nadie yergue la cabeza ante un rey (en el incario era un delito que significaba la muerte ). Sin embargo, el hado cambió y a pesar de la precariedad de los partidos políticos en el Estado boliviano se extirparon los reinados y se rompieron nexos y ataduras con imperios. Todos los rejuntados, grupos, asociaciones, conjuntos, como se apelen, en la platea política, por mucha adoración que le tengan a su ídolo o líder, solamente pueden aspirar a ser un partido político y hacer de ese presidente.
El MAS-Evo está abstraído con una idea fija y no se da cuenta de lo que le rodea, sufre un soponcio, la Constitución Política la escucha como un eco, un credo recitado por algunos fanáticos, limpiando el vaho del espejo les parece inaudito que no les encuentren adorados, el referéndum sólo fue un mal sueño. Todo le resulta abstracto borroso, está al borde del precipicio y araña la roca, sus movimientos sociales son fantasmas de mil caras.
El autor es administrador de empresas
Columnas de GUSTAVO L. QUIROGA MERCADO