“Todes”
Fue en un acto de homenaje al Día de la Mujer Boliviana. La representante de la Defensoría del Pueblo se dirigió a la concurrencia saludando a “todes” en un intento de inclusión que no está reconocido por la Real Academia Española (RAE).
No existe “todes”, como tampoco existe “elles” ni “amigues”. También es incorrecto escribir “tod@s”, “ell@s” y “amig@s” porque “@” no es una letra, sino el símbolo de arroba.
El lenguaje inclusivo no existe y el idioma no tiene género, pero el idioma español tiene reglas y, para escribir y hablar bien, es necesario acatarlas.
Las reglas para el género están determinadas por los sustantivos. Es falso que el sufijo “-ente” viene de “ser” y, por lo tanto, no se modifica, ya que “ser” es válido tanto para el masculino como para el femenino. La verdad es que “ser” y las que terminan en “-ante” y “-ente” son sustantivos comunes en cuanto al género y, por lo tanto, no se modifican: se usan igual para hombres que para mujeres.
Los sustantivos comunes en cuanto al género son los que, designando seres animados, tienen una sola forma, la misma para los dos géneros gramaticales, así que no se modifican. Como ejemplos están “profesional”, “psiquiatra”, “periodista”, “estudiante”, “asambleísta” y un muy largo etcétera. Existen sustantivos todavía más duros, que no aceptan modificarse ni siquiera de manera excepcional, y son los epicenos. Entre estos tenemos, sólo como muestra, a “personaje”, “vástago”, “tiburón”, “lince”, “orca”, “leopardo”, etc. etc.
¿Qué pasa con el género en los cargos? Esa pregunta nos causó problemas en los gobiernos de Lydia Gueiler y Jeanine Áñez: ¿eran presidentes o presidentas? ¿Qué pasa con las mujeres que forman parte de los concejos municipales?, ¿son concejalas o concejales?
En Potosí, donde yo vivo, hasta la presidenta del Concejo Municipal, Josefina Cruz, está convencida de que es presidente y sus colegas mujeres son concejales. No es la única. La ahora asambleísta Azucena Fuertes, de fuertes convicciones feministas, se autodenominaba concejal, y no concejala, cuando desempeñaba ese cargo.
¿Machismo arraigado o mera costumbre? Debatir sobre esas posibilidades tomaría demasiado tiempo, así que mejor simplifiquemos las cosas: cuando se trata de cargos, títulos o actividades humanas, la RAE tiene normas casuistas, y, sobre esa base, tenemos dos consejos.
1. Revise la lista de sustantivos comunes y epicenos. Así sabrá cuáles son los que no se modifican y verá que “presidente” admite femenino, así que, si se trata de mujeres, es correcto decir “presidenta”.
2. Si termina en “-o” o en “-or”, admite femenino y se forma cambiando la “o” por “a” o agregando la “a” a “-or”. Así, si el médico o ingeniero es mujer, será médica o ingeniera o si es gobernador o embajador, será gobernadora o embajadora.
En todo caso, la consulta al diccionario le aclarará todas sus dudas, pero, mientras, por favor, no use “todes”… suena “ridícule”.
Columnas de JUAN JOSÉ TORO MONTOYA