Oruro encabezó el crecimiento económico de Bolivia en 2023 con un notable 7,84%, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). En contraste, Pando registró el menor crecimiento, alcanzando apenas un 0,34%. Tarija, inmersa en una tendencia negativa desde 2014, experimentó una contracción del 0,38% en su Producto Interno Bruto (PIB) real, convirtiéndose en el único departamento con crecimiento negativo en la gestión pasada. La economía tarijeña, dependiente del sector hidrocarburífero, ha sufrido una caída acumulada del 108% en su crecimiento en la última década, reflejando una profunda crisis.