La Iglesia Católica, a través del monseñor Aurelio Pesoa, secretario general de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), denunció que en Bolivia hay una "justicia corrupta" que lleva adelantes casos como el del bebé Alexander, que volvió al ojo de la tormenta después de que un audio revelara que se condenó injustamente a 20 años de prisión a un médico acusado de violar al infante.