Cristina se vinculó con empresarios corruptos
Cristina Kirchner mantuvo durante su Gobierno “vínculos promiscuos y corruptos” con un empresario encargado de la obra pública en Santa Cruz. Así figura en los fundamentos publicados ayer por los tres jueces que, en diciembre pasado, condenaron a la vicepresidenta de Argentina a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos.
Los argumentos judiciales fueron muy duros con Kirchner. Los jueces la consideraron cabeza de una organización creada desde el Estado destinada a beneficiar con contratos millonarios a Lázaro Báez. El empresario, a su vez, retribuía “los beneficios indebidamente obtenidos” mediante negocios espurios con “las empresas familiares de la expresidenta”.
La condena, fundamentada en 1.616 páginas, estuvo estructurada en su mayor parte sobre tres pruebas: un decreto de 2009 que permitió a Vialidad Nacional contar con fondos suficientes para pagar a Báez, los negocios paralelos que el empresario tenía con Kirchner y una serie de chats con un alto funcionario del Ministerio de Obras Públicas que demuestran, según la lectura que hizo el tribunal, que la expresidenta ordenó borrar todo rastro de corrupción tras perder las elecciones en 2015.
“La política pública que su Gobierno pregonaba presagiando un beneficio sin precedentes para la extensa provincia patagónica, en verdad escondía, cual caballo de Troya, al presupuesto indispensable para el desarrollo exitoso de la empresa criminal”, escribieron los jueces.