¿La culpa es de las redes?
Contenido basura, mensajes racistas, cadenas, y claro, noticias falsas. Todo esto circula en las redes sociales cada día y de forma inevitable.
El espacio sin restricciones y el vertiginoso flujo de la información le han dado al ciudadano, la posibilidad de ser extremadamente libre para decir y generar, aunque sin consciencia, lo que quiera.
Ser el primero en compartir un mensaje polémico, recibir likes, retuits, comentarios, o buscar debate con una “iluminada frase”, se convierte en una adicción que atrapa fácilmente a los usuarios cada vez más cautivados por ese sutil poder que da tener unos tantos cientos de seguidores pendientes de sus publicaciones.
Pocos pueden lidiar con la tentación de anteponer la inmediatez antes que la razonable duda y la verificación dejando a las masas los riesgos de la famosa viralización.
¿Mienten las redes sociales?
Mienten, distorsionan y generan pánico las personas que están detrás de ellas, creando un ambiente de polarización, incertidumbre y exacerbación que pone en su peor momento a la tolerancia y el pluralismo.
Hay de todo en internet, es cierto. Gente informada con capacidad de debate, construcción de ideas, propuestas, y gente que parece hacer honor a la polémica frase del escritor Umberto Eco, cuando dijo que “las redes sociales dan el derecho de hablar a legiones de idiotas”.
En tiempos de posverdad el criterio es un lujo que no muchos pueden tener.
Columnas de Fabiola Chambi