El sentido de las palabras: otro fin de año para la cultura
Claudia Pacheco Araoz
Gestora cultural
Termina este tempestuoso año y al frente uno nuevo que viene con elecciones subnacionales, elegiremos a los futuros alcaldes y gobernadores en todo el territorio nacional, no vale la pena reparar en la calidad de los candidatos, ya que queda claro que llegamos a este escenario sin tener opciones para tener la oportunidad si quiera de elegir mejor y no únicamente al menos peor.
En Cochabamba particularmente se ha vivido una crisis institucional que ha dejado a ciudad sumida en una constante espera de algo, una obra bien planificada, una gestión transparente, pero nada de esto sucede. Tal vez quienes asumen la responsabilidad pública consideran que los ciudadanos nos conformamos con muy poquito de la gestión municipal. Y aquí estamos, un año más, pidiendo transparencia.
¿Cuándo las palabras cobran sentido?
Este año la Alcaldía de Cochabamba ha estado trabajando a puertas cerradas, para la Secretaría de Culturas hubiera podido ser una oportunidad –siendo que las actividades culturales no estaban permitidas– primero, podría haber hecho un plan para sanear todo aquello que la gestión del partido Demócrata –que ganó la elección para la gestión 2015-2019– adeuda a trabajadores de la cultura en premios, servicios, contrataciones y etc. Segundo, reparar la infraestructura y poner en condiciones los teatros y las casonas para su uso, tanto a nivel de infraestructura como de burocracia, dotarles de sentido y no que sean únicamente espacios de presentación, diseñar una planificación responsable con la dinámica cultural actual de la ciudad. Y, por último, hacer caso de la solicitud histórica, transparentar los presupuestos, el plan operativo anual, y hacer parte al sector en su diseño.
Cada cambio de autoridad en la Secretaría –han sido como cinco– asumieron el cargo con palabras de compromiso y responsabilidad, haciendo creer al sector que su trabajo sería legítimo, porque son personas “sensibles al arte”. No hubo un plan por la crisis sanitaria, no hay un plan de reactivación económica para el sector, no hay nada. Las palabras sin acciones en la gestión pública no tienen sentido.
Al ser la columna final de este año me permito pedir a las autoridades actuales: dejen la Casa de la Cultura ordenada, un presupuesto digno para la cultura para el 2021, que no tengamos que desperdiciar una vez más el tiempo pidiendo transparencia, cumplan la ley.
A quienes hacen campaña, la cultura no es un adorno o instrumento, esta ciudad y sus ciudadanos se merecen responsabilidad y una gestión cultural pública de calidad.